| El Diputado Provincial, Dr. Julio César Aldáz sostuvo que “se cumplen treinta años de la primera Ronda de las Madres de Plaza de Mayo, cuando Azucena Villaflor y un grupo de abnegadas mujeres, forjaron la agrupación de derechos humanos más conocida de nuestro país, nacida a las sombras del terrorismo de Estado, iniciando la mayor gesta ética de la Argentina contemporánea.
Fue en la antesala del Vicariato de la Marina donde, indignada por las burlas y la humillación a las que eran sometidos por los funcionarios de la dictadura, Azucena Villaflor le propone a otros familiares comenzar a reunirse en la Plaza de Mayo para reclamar públicamente por la vida de sus seres queridos.
El Diputado Julio Aldáz dijo que “el 24 de marzo de 1.976 se consumó el golpe de Estado más trágico de nuestra historia. El autodenominado Proceso de Reorganización Nacional integrado por el Gral. Jorge Videla, el Almirante Emilio Massera y el Brigadier Orlando Agosti sembraron el miedo y el silencio en la población y en ese marco surgieron Las Madres de Plaza de Mayo, un grupo de mujeres que por amor a sus hijos desafiaron el poder y se levantaron como testigo y denuncia pública en un país ocupado por las fuerzas militares”.
Seguidamente indicó que “ese sábado 30 de abril de 1977, las Madres de hijos desaparecidos decidieron iluminar la oscuridad, romper el silencio y gritarle a la Junta Militar, que habían sumido a la Argentina en la tragedia, el dolor y el espanto, que estaban allí, en la Plaza de Mayo, en el centro del poder y querían que les dijeran qué había pasado con sus hijos. Azucena Villaflor había elegido ese lugar porque está situada frente a la Casa Rosada -sede del gobierno nacional- y porque era y sigue siendo el lugar tradicional de las manifestaciones, la arena de los acontecimientos más importantes del país. Del sábado la cita pasó a los viernes, pero hubo pocos encuentros ese día. El cuarto ya fue un jueves a las tres y media, como ha quedado hasta el presente”.
Las 14 mujeres que participaron de la primera ronda son las siguientes: Azucena Villaflor, Josefa de Noia, Raquel de Caimi, Beatriz de Neuhaus, Delicia de González, Raquel Arcusín; Haydée de García Buela; Mirta Acuña de Baravalle; Berta Zeff de Brawerman; María Adela Gard de Antokoletz y sus tres hermanas, Cándida, María Mercedes y Julia Gard. La número catorce fue una muchacha que no dio su nombre: era una chica del Partido Comunista, pero como su partido no estaban con estas madres, no podía aparecer y contradecir sus directivas.
Finalmente el ex intendente de Basavilbaso afirmó que estas abnegadas mujeres Provenían de diferentes sectores sociales, las unían sus hijos desaparecidos y juntas desde una cierta ingenuidad primera, lograron con el tiempo una cierta sabiduría. Fueron escuchadas y adquirieron fuerzas porque sus reclamos eran legítimos, mientras que la dictadura carecía de toda legitimidad. Su prestigio creció en todo el mundo, donde germinaron grupos de Madres que imitaron la acción de las Madres de Plaza de Mayo y cuando la dignidad de un pueblo estaba sometido a la peor de las dictaduras, con lluvia o con sol, pese a la represión y a las provocaciones humillantes, ellas siempre estuvieron presentes, concluyó Aldáz.
