Miércoles 9 de Marzo de 2016, 10:41

Basavilbasense participó de la Vendimia de la Identidad

Cultura | El bailarín local, Francisco Morán fue parte del número central de la Fiesta Nacional de la Vendimia, y en diálogo con RIEL FM contó detalles de la experiencia.


Del 4 al 8 de marzo se desarrolló la 80ª edición de la fiesta mayor de los mendocinos, La Fiesta Nacional de la Vendimia, que conmemora el esfuerzo y trabajo del viñatero. En realidad la fiesta comenzó el 28 de febrero con las "Bendición de los Frutos", una ceremonia donde se agradeció a Dios los frutos sanos obtenidos de la cosecha, y se ofrece el vino nuevo al "Golpe en la Reja del Arado", que simboliza al hombre que labra la tierra, bajo la advocación de la Virgen de la Carrodilla y la bendición del fruto nuevo. La parte central de los festejos comenzó, el viernes 4, con el desfile de carros alegóricos lumínicos que transportaron a las reinas, tanto salientes como aspirantes al cetro nacional. Y el sábado, 5 de marzo, fue el momento del "Carrusel de la Vendimia". El sábado por la mañana desfilaron los carruajes escoltados por agrupaciones gauchas con trajes típicos, montados a caballo, destacándose la tradicional carreta tirada por bueyes. Por la noche en el famoso Teatro Griego Frank Romero Day, escenario emblemático donde desde hace años se festeja la elección de la reina y el público goza de uno de los eventos más importantes del país, fue presentada la "Vendimia de la Identidad", con guión y dirección de Alejandro Grigor, más de 1000 bailarines, actores y músicos en escena. El guión de la obra presentada este año recopiló la identidad forjada en el camino recorrido y dio vida a íconos de la historia como San Martín, gestor de la libertad de América, en unión con un reconocido prócer local, Tomás Godoy Cruz, quien fue parte estratégica en la firma del acta de la Independencia. La historia recreada mostró también al hombre primigenio, el gen original y la llegada del inmigrante, los precursores de la mixtura de sangres que hoy identifica a América. Como parte de esa identidad el relato reflejó la Mendoza profunda, sus tradiciones y costumbres, para adentrarse en el homenaje al trabajo de la tierra, en ese festejo propio de la cosecha y venerando a la Virgen de la Carrodilla, patrona de los viñedos. De la monumental puesta fue parte un bailarín oriundo de Basavilbaso. Francisco Morán, quien no disimuló su alegría de haber podido participar de tan importante evento destacó la fuerte impronta en la danza folclórica y contemporánea que hubo en el anfiteatro. "La verdad es increíble...es muy emocionante estar acá arriba de un escenario tan inmenso compartiendo tantos artistas...el lugar es hermoso, las gradas estaban repletas y muchos vieron el espectáculo desde los cerros. Una experiencia inolvidable", afirmó. Moran le contó a RIEL FM que el espectáculo fue de una hora y media el rol central de la danza y el teatro aéreos, con pasajes escénicos muy bien logrados, fueron celebrados por la multitud. El basavilbasense contó que en diciembre fue a bailar a San Luis y unos amigos lo invitaron para que audicionara, lo que hizo y a los dos semanas se enteró de que había sido elegido. Luego llegó el tiempo del ensayo, "fue durante todo el mes de enero, en escuelas, colegios...donde se conseguía un lugar". Morán agradeció las muestras de afecto que recibió de muchos que siguieron su presencia en el espectáculo a través de la TV Pública. "Nunca me imaginé bailar en un lugar así...un escenario semicircular rodeado por la gente....en la primera noche tenía que bailar "El Cielito" al salir (al escenario) lo primero que vi fue la gente en el cerro con las linternas y los celulares, era increíble. Bailar para toda esa gente fue hermoso...una experiencia que creo no me la voy a olvidar nunca", prosiguió. "Estoy muy feliz de haber compartido con gente maravillosa un escenario increíble, mi gratitud eterna para los maestros Ines Riveros y Martín Leo Pereyra. Para mis bellas partenaire "Vero" Alsina y "Carito" Canitrot...fue un placer sentir la danza con ellas", dijo Morán. El talentoso bailarín, que ha pasado por prestigioso escenarios, no perdió la humildad ni las ganas de seguir aprendiendo. Radicado en Buenos Aires, donde estudia, dice que no desaprovecha -en la medida de sus posibilidades- audicionar, lo que considera parte del aprendizaje, y que fue así como participó de una convocatoria que hizo la coreógrafa estadounidense Pam Tanowitz y "afortunadamente fui seleccionado para ser parte próximamente de un espectáculo que se ofrecerá en el Faena Hotel de Buenos Aires". Sobre la experiencia que tendrá con la coreógrafa americana recordó que adquirió (durante dos años) en un taller del teatro San Martín experiencia en una técnica que la gente del proyecto estaba buscando y lo invitaron para audicionar. "Éramos como 300 postulantes para entre 10 y 15 lugares, afortundamente me tocó en suerte estar dentro de ese grupo y pronto, cuando regrese a Buenos Aires, me voy a sumar y voy a conocer con quienes voy a estar". "Yo disfruto el día a día de lo que hago, siempre con los pies en la tierra por más que tenga alas y vuele. Siempre estoy volviendo a mi tierra querida, gustoso de poder mostrar lo que estoy aprendiendo", dice con emoción y reconoce en sus padres, tíos y en Marisa Curti, "mi gran profesora", a los mayores responsables de todo el amor que siente por lo que hace. "Mi pasión es bailar, trato de transmitir mis sentimientos y emociones cada vez que bailo, y si lo hago en mi tierra querida mucho mejor", insiste emocionado.