El Centro Comercial le hizo un reconocimiento a Roque Churruarí

"De muy chico la vida lo golpeó fuerte. La partida de esta tierra de su joven padre lo encontró luchando para ayudar a su madre y a su familia para hacer frente a la vida, en una pequeña comarca muy cercana a Basavilbaso. Sus suaves manos de inocente niño descubrieron cualidades para ejecutar tareas de jardinería en casas vecinas de su pueblo natal, que contribuían a juntar apenas unas monedas para el alimento de sus 9 hermanos. Ya se forjaba una persona con objetivos claros, que con 8 años conoció el arado y el surco y que no dudaba en montar el bagual para arriar la hacienda o trabajar en el monte con el quemante sol de testigo. Siendo adolescente, de a pie ó en bicicleta, muchas veces huyendo aterrorizado de la “luz mala”, recorría las 2 leguas hasta Basavilbaso, para colaborar en el comercio de Don Paday, en donde aprendió el oficio. De a poco se iba superando, hasta lograr comprarse esa moto que diariamente lo trasladaría hasta su trabajo. Cuando el amor golpeó a su puerta, tampoco fueron tiempos fáciles, pero su compañera de la vida fue el cimiento para forjar la construcción de la mejor obra: Su familia. Con la venta de la moto pudo comprar el terreno para luego, con la ayuda de su amigo “El Tarta”, poder hacerse la casa, al lado de donde hoy está su negocio. Ser padre es convertirse en un buen modelo de identificación para los hijos desde que son chicos y repercutirá en la edad adulta. Sin dudas el primer homenajeado de hoy es un orgullo para ellos y también para todos nosotros al que tomamos como arquetipo de laboriosidad, humildad y de cómo empezar desde nada es posible para consolidarse a través de los años. Sus esfuerzos se reflejan en la construcción de una persona querida por todos nosotroS", dijo Daniel Rinaldi al anunciar que el Centro Comercial Industrial y la Producción de Basavilbaso quería rendir un merecido y justo reconocimiento a la trayectoria de Roque Churruarín.