Lunes 15 de Mayo de 2006, 10:51

Emotivas charlas de sobrevivientes del Crucero Belgrano

| Se vivió un día cargado de emociones este viernes 12 de mayo de 2006 , con lágrimas que brotan del corazón en Basavilbaso donde un grupo de sobrevivientes del Crucero General Belgrano brindaron charlas de sus experiencias a los diferentes establecimientos educativos de la cuidad y bliblioteca Lucienville.


“Necesitamos contar nuestras vivencias, porque es una de las formas de homenajear a nuestros héroes para poder sobrellevar nuestras penas, angustias y dolores que tiene cada individuo luego de aquella experiencia no fue el mismo. En la inocencia de un chico de 18 años, la patria significaba su escuela, su familia y sus vecinos y la guerra nos convirtió en hombres de 18 años”, sostuvo el conscripto Juan Carlos Heinze, quien perdiera a su madre semanas antes del inicio del conflicto austral. Aquel domingo dos de mayo de 1982, dos torpedos del Submarino Nuclear Conqueror dieron de lleno en el Crucero General Belgrano que al momento del ataque navegaba hacia el oeste y se encontraba fuera de la zona de exclusión declarada unilateralmente por el Reino Unido, el primero dañó la quilla que provocó la muerte de unos doscientos sesenta tripulantes de las 323 víctimas fatales. El segundo arrancó 15 metros de la proa y el Crucero comenzó a hundirse lentamente un grado por minuto y al cabo de una hora su enorme silueta desaparecería para siempre de las aguas del Atlántico Sur. Como el resto de los sobrevivientes pasaron prácticamente un día y medio en sus balsas perdidos en el Atlántico Sur. “Era como un corcho en un lavarropas, si caías al agua, tardabas cuatro minutos en congelarte, donde soportamos temperaturas entre diez y quince grados bajo cero, que sufrimos cuando llega el invierno. Hubo actos heroicos de gente que estaba a salvo y retornó al buque para ayudar a rescatar a otros compañeros, cumplieron con su cometido y no pudieron salir a la superficie, quedando para siempre atrapados en el mayor barco de la Armada Argentina y recuerda con especial afecto a la ciudad de Ushuaia, porque fue el primer lugar donde pisaron tierra firme después de que los salvara el Aviso Francisco Gurruchaga”, confiesa el soldado Oscar Fornés. En el transcurso de las charlas estuvo siempre presente el basavilbasense Héctor Ricardo Caballero al que consideraron un excelente compañero que había ingresado a la Armada para hacer el servicio militar obligatorio un dos de abril de 1981, al cual llevamos con nosotros en nuestras memorias cada día de nuestras vidas, afirmaron Fornés y Heinze. Para Julio Vallejo, “el cariño del pueblo argentino, el sostén constante de nuestras familias y el apoyo continuo de los compañeros del Belgrano nos sirvió para salir adelante con nuestras vidas, que a partir del dos mayo de 1982 sabemos que tenemos muchos hermanos dispersos por todo el territorio argentino, tratando de difundir la historia del Crucero General Belgrano para que las futuras generaciones de compatriotas sepan que hubo gente que dieron sus vidas por la gesta de Malvinas a través del testimonio de nuestras experiencias personales”, quién además agradeció el apoyo brindado por el Presidente Municipal, Horacio Flores y el Diputado Provincial, Dr. Julio César Aldáz a su iniciativa Finalmente se entregaron plaquetas recordatorias de sus experiencias de vida en la cual demostraron su amor a la patria al Cabo Principal Julio Vallejo y a la madre del conscripto Héctor Ricardo Caballero, fallecido en el ataque, Berta Belgeretti. Se le concedió a Julio Vallejo un Diploma de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación a los tripulantes del Crucero General Belgrano en reconocimiento al valor, abnegación y espíritu de sacrificio puesto de manifiesto por los integrantes del Crucero ARA General Belgrano en el conflicto por la reivindicación territorial de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, el 2 de mayo de 1982. y la Medalla al esfuerzo y abnegación otorgada por la Armada Argentina a los sobrevivientes del Crucero General Belgrano. Fuente: Licenciado Juan César Lacuadra.