Miércoles 4 de Marzo de 2009, 10:24

Emotivo festejo en el Día del Trabajador Ferroviario

| “Mientras haya un riel cavado en un rincón en la patria chica, la fiesta no morirá”. Casi como un lema, los ferroviarios de Basavilbaso reeditaron, después de ocho años, la Fiesta Provincial del Riel. Una jornada emotiva que reunió a la familia ferroviaria de la provincia.


Aunque ya no se escuchen las campanas o el silbato que anunciaban la llegada o partida del tren en la Estación Gobernador Basavilbaso; aunque nadie espere en el andén; aunque el óxido siga corroyendo los hierros y; aunque el silencio y la ausencia se hace cada vez más notoria, los basavilbenses están en la incansable tarea de rescatar, con hechos y con palabras, su tradición cultural. Cada 1 de marzo, fecha instituida como el Día del Trabajador Ferroviario, tras la nacionalización de los ferrocarriles dispuesta por Juan Domingo Perón en 1948, los obreros de los rieles celebran o, mejor dicho, rememoran su día. Este año, por iniciativa de un grupo de obreros ferroviarios reeditó la Fiesta Provincial del Riel que, si bien no tuvo el esplendor y despliegue artístico de años anteriores, la jornada sirvió para reunir a los viejos compañeros de los caminos de acero; armar un torneo de fútbol y poner en marcha una locomotora con cuatro vagones que gratuitamente trajo pasajeros de la vecina ciudad de Rosario del Tala. La versión 2009 de la Fiesta Provincial del Riel fue modesta, pero no por ello fue menos convocante y emotiva para los pobladores y las familias ferroviarias. La primera edición se realizó en 1987, con motivo del centenario de la fundación de la ciudad que se institucionalizó con la llegada del primer ferrocarril. La última se hizo en el caótico 2001. [b]SUCESOS ARGENTINOS[/b] Basso, como la llaman los lugareños, se fundó un 30 de junio de 1887, con la llegada del primer ferrocarril: El Central Entrerriano. Esa formación, con su locomotora a vapor y unos pocos vagones, fue la que impulsó el desarrollo económico, social y cultural de la ciudad. Allí, convergían las formaciones ferroviarias que partían o arribaban de norte a sur y de este a oeste. Con ese servicio de pasajeros, llegaron los primeros contingentes de inmigrantes judíos traídos de Rusia por la Jewish Colonization Association, que junto a los colonos italianos, formaron el asentamiento permanente del pueblo. Por eso, el ferrocarril en Basavilbaso es una marca de origen, un sello hecho de hierro. Los kilómetros de rieles y durmientes modelaron y modelan aún la fisonomía de la ciudad y, aunque la actividad ferroviaria es prácticamente nula desde 1993, los caminos de acero siguen aferrados a esa tierra de gringos, criollos y gauchos judíos. Basavilbaso tiene una historia indeleble sobre los gigantes de hierro. Una historia que no fue escrita por los que ganaron, sino por los que sufrieron en carne viva el despojo de las estaciones, la mutilación de las formaciones ferroviarias y, el desmembramiento familiar al que se vieron sometidos los obreros, tras las privatizaciones. Heridas que no cicatrizan, porque son los estigmas del ferrocidio de la década del ’90. Esta ciudad, que supo ser el nudo ferroviario provincial, ya no tiene el movimiento ni las frecuencias de trenes de otrora. Por las paralelas de hierro, que surcan toda la ciudad, pasa el tren de carga que explota la firma brasileña ALL y El Gran Capitán, un tren de pasajeros que comanda la empresa Trenes Especiales Argentinos (TEA), que une la estación bonaerense de Federico Lacroce con Posadas, Misiones. Esa formación pasa, pero no para ni levanta pasajeros, por las ciudades entrerrianas de Carbó, Basavilbaso, Villaguay y Concordia. Y, desde el 2003, desde la estación de Basso parte un servicio entrerriano de pasajeros rumbo a Villaguay. El trayecto de 62 kilómetros pasa por Líbaros, San Marcial, Las Moscas y Villa Domínguez y se hace con la locomotora 6965, propiedad del Estado entrerriano. Aunque la máquina no está en óptimas condiciones, este servicio permitió a docentes y estudiantes viajar a muy bajo costo. [b]FESTIVAL[/b] Los últimos destellos del sol del domingo se fueron apagando detrás de la estación y con ellos se fueron opacando los rieles que, durante el día, dibujaban vida en Basavilbaso. Con esa postal, en el predio del Museo del Riel se llevó a cabo, el domingo 1 de marzo, la Fiesta Provincial del Riel, un festival que nació para homenajear a los obreros ferroviarios y a los primeros inmigrantes. Con la locomotora 43 de escenografía, en el escenario Carlos Chabeuf, los bailarines de la Peña Tradicionalista Semblanzas Gauchas, fueron los encargados de abrir la noche del festival con la presentación de un cuadro argumental relacionado a los ferrocarriles, con música litoraleña y textos de la profesora Sofía de Lourdes Fernández. Cuando los fuegos artificiales cobraron altura en la noche basavilbenses, los artistas y poetas locales hicieron su presentación para las más de 3.500 personas que se hicieron presentes. Sobre ese mismo escenario, también actuaron Fejumas, grupo consagración de Baradero 2009, Dora Raquel y Los Andariegos del Litoral, que extendieron la celebración hasta la madrugada. [b]Vía Libre[/b] En el marco de la Fiesta Provincial del Riel, el Grupo de Estudios Históricos La 43, integrado por profesores y trabajadores ferroviarios (activos y jubilados), organizó un concurso monográfico denominado “Premio Estación Basavilbaso”. El jurado, compuesto por los profesores Mirta Fleitas; Miriam Gorge y Julia Camozzi y los licenciados Gustavo Cichero y Alejandro Quimera, fueron los encargados de elegir el trabajo ganador, que se conoció la noche previa al festival. En la categoría A, con el seudónimo “Vía Libre”, los autores Xiomara Vanlanker Acosta, Liz Pioli Huck, Luisina Kleiman y Anabella Azcurrain, obtuvieron el primer premio. En segundo lugar, fue seleccionada la monografía, cuyo título fue “Pinceladas de Historia”, de Aylén Acevedo, Melisa Castro, María Haydee Rossetti Garro y Natalia Tarabini, quines firmaron con el seudónimo de “Urbanas”. En tanto para la categoría B, el 1º premio fue para “Un pasaje al pasado con destino a Estación Basavilbaso”, de la Profesora Silvina Alejandra Pérez, cuyo seudónimo fue: “Alas de Acero”. El 2º premio lo obtuvo “Nostalgia sobre rieles”, de Noelia Analía Pesenti, que firmó como “Beethoven” y, el 3º premio: “Imagen de ayer y del futuro”, trabajo que pertenece a Cintia Aguilar, Erica Cáceres, Adriana Jiménez, Claudio Hais, Anselma Huck, Juliana Lacuadra, Araceli Carrizo y Zulma Migliavacca, quienes firmaron como “Los Ocho”. Además, el jurado dispuso de una mención especial para la obra: “Trenes, vagones y vías en poemas”, que realizaran Laura Britos, Yamina Demarlengue, Carlos Juárez, Cintia Michel y José Luís Ramos, bajo el seudónimo “Greta”. Fuente: Marcela Pautaso.