Lunes 23 de Noviembre de 2009, 21:34

Hace 10 años moría Roberto Fleitas

| El 23 de noviembre del 1999, moría Roberto Fleitas. El hombre, sinónimo de radicalismo en la ciudad del riel, había sufrido en silencio un proceso de deterioro de su salud que la había alejado de la vida pública, y en los últimos días requirió asistencia médica de complejidad en un centro asistencial de Concepción del Uruguay donde finalmente falleció.


Don Roberto Manuel Fleitas nació en el distrito Genacito el 15 de abril de 1917. Hijo de Agueda Josefa Comand y Manuel María Fleitas, ambos orientales quienes se radicaron en la zona por cuestiones laborales. Roberto vivió luego, desde los 9 años, en Costa San Antonio hasta 1943 que se mudó a Arroyo Urquiza, donde estuvo hasta 1951 año en que se traslada a Basavilbaso, ciudad donde residió hasta sus últimos días. Desde muy pequeño se interesó por la política y con el correr del tiempo fue alimentando su simpatía por el radicalismo, partido del que se convertiría en un referente ineludible, tanto que fue hombre de consulta de los máximos referentes departamentales, provinciales e incluso a nivel nacional. Su hombría de bien, generosidad y entrega despertó admiración entre hombres y mujeres de su partido y de fuerzas políticas “rivales”. En varias oportunidades cedió espacios que legítimamente se había ganado, con el propósito de permitir a sus correligionarios que ocuparan lugares y representaciones por Basavilbaso o el Departamento, y se lo escuchó justificarse diciendo que no merecía cargos por no estar suficientemente preparado. No obstante fue concejal (1983-1987), pero su lugar, en el que más cómodo se sentía era el Comité, que por años funcionó en una de las dependencias de su domicilio, esquina de las calle Caseros (hoy Roberto Fleitas) y Avenida Alem, lugar donde se hablaba de política, ayudaba a la gente, incluso hasta con lo último que le quedaba. Su eterna rivalidad con el peronismo no lo cegó y mantuvo fecundas relaciones políticas con hombres y mujeres de la talla de Ramón Manzur y Yolanda Guarischi. Fue el radical de los barrios, del barro y de los ranchos, el que no nació en cuna de oro y murió pobre a pesar de que por su casa pasaron las figuras de las más notables del centenario partido, y contactos no le faltaron. La noticia de su muerte fue llorada por todos, especialmente por los más humildes. El velatorio se hizo en la que era la sede de la UCR local, hasta donde fueron decenas de personas; el acompañamiento fue no menos multitudinario y en el Cementerio Municipal lo despidieron Sergio Carlín, en nombre del PJ, y José Luis “Moninga” Rodríguez Artusi, uno de sus más entrañables amigos del dirigente local y compañero de militancia, que casi no podía hilvanar palabra quebrado por el llanto.