Hay mosquitos y mosquitos

Los insectos, especialmente los mosquitos parecen haber superado espirales, repelente, insecticidas, pastillas y hasta el tejido de alambre en las ventanas. Durante el verano se convirtieron en “dueños y señores”, por su agresividad, de las tardes/noches, y solo disimuladas en las últimas jornadas porque las actividades al aire libre se vieron limitadas por las malas condiciones del tiempo. Los vecinos de ciudades como Basavilbaso apuntaron sus dardos contra los pastizales y cañaverales, especialmente a los que crecen junto a los rieles del ex Urquiza, que serían el "criadero perfecto de alimañas”, y sugieren se fumigue. En las afueras de la ciudad y en parajes más cuidados inclusive que los predios del ferrocarril de nuestra ciudad los mosquitos también dicen presente, por lo que parece que no habría un solo motivo para explicar el crecimiento poblacional de los molestos insectos. Algunos especialistas sostienen que la necesidad de sangre de las hembras fecundadas para poner sus huevos, situación que por lo general ocurre en verano, cuando hace calor y donde encuentran más lugares para preservar los huevos, los convierte en agresivos. En los días que restan de la temporada estival seguramente es improbable que la población se pueda controlar si el clima no ayuda. Para lo que resta de la semana las temperaturas no serán inferiores a los 17 y alcanzarán los 30 grados de máxima, lo que no afectaría a la población de mosquitos, que sólo se vería afectados por un descenso abrupto en las marcas térmicas que por ahora no se prevé. Las ventas de repelentes e insecticidas creció significativamente, según un comerciante de la zona céntrica en relación al año pasado las ventas de estos productos creció más de un 30%. Nadie pudo especificar los motivos de la existencia en la zona de ejemplares con tanta variedad de tamaños, algunos realmente enormes.