Miércoles 10 de Febrero de 2016, 21:02

Los católicos comienzan la Cuaresma

Religión | Los católicos celebran el Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, período litúrgico que se extiende hasta el Domingo de Ramos, durante el cual los cristianos se preparan para celebrar la Pascua.

Al igual que el Viernes Santo, el Miércoles de Ceniza son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. La tradición indica que en las misas que se celebren en este día en todos los templos católicos, se incineran los ramos de olivo que se bendijeron en la última Semana Santa. El origen de la imposición de la ceniza pertenece a la estructura de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso. La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo Santo, del año anterior, siguiendo una costumbre que se remonta al siglo XII. Aunque este símbolo ya se emplea en la primera página de la Biblia cuando se cuenta que “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gen 2,7). Eso es, además, lo que significa el nombre de “Adán”. Y se le recuerda enseguida que ése es precisamente su fin: “Hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho” (Gn 3,19). La costumbre actual de que todos los fieles reciban en su frente o en su cabeza el signo de la ceniza al comienzo de la Cuaresma no es muy antiguo. En los primeros siglos se expresó con este gesto el camino cuaresmal de los “penitentes”, o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito penitencial y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban ante la comunidad y expresaban así su conversión. En el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, se vio que el gesto de la ceniza era bueno para todos, y así, al comienzo de este período litúrgico, este rito se empezó a realizar para todos los cristianos, de modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal. En la última reforma litúrgica se ha reorganizado el rito de la imposición de la ceniza de un modo más expresivo y pedagógico. Ya no se realiza al principio de la celebración o independientemente de ella, sino después de las lecturas bíblicas y de la homilía.