| Su deceso se produjo en las últimas horas en Buenos Aires donde
“sobrevivía”, como le gustaba decir a pesar que se reconocía un porteño por adopción que añoraba la niñez en su querido “Basso”, lugar donde próximamente serán esparcidas sus cenizas. La noticia fue confirmada por su esposa en comunicación con la radio de Basavilbaso.
El año pasado, en su última visita a la ciudad, entre sonrisas y lágrimas, hizo un homenaje a su escuela que cumplía 100 años con la participación de los primeros actores Virgina Lagos y Rubén Stella (aquí podes escuchar su último poema).
Lucio Schwartzman nació el 10 de febrero de 1929 en Coronel Suárez, Provincia de Buenos Aires. Pasó su infncia en Basavilbaso, donde hizo la primaria y cultivó grandes amistades.
Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional del Uruguay y luego se radicaría en Buenos Aires, como “Lucho” Schuarman, se convirtió en escritor y poeta construyendo una carrera admirable. Fue guionista de tv y en cine trabajó en la obra-homenaje a Osvaldo Pugliese, uno de sus más entrañables amigos porteños.
Actualmente estaba haciendo una novela cuyos protagonistas eran personajes de la ciudad del riel y algunos amigos.
“Lucho es un personaje de Basavilbaso”, afirmó Mario Arcusin consternado al escuchar la noticia de la muerte del dramaturgo. “Un tipo de barrio, amigo de sus amigos, de las reuniones en el café (Don Pepín), el club y los libros”, describió con emoción.
“Su bohemia se transformó con el paso de los años en una profesión. Fue un dramaturgo muy apreciado por actores de primerísimo nivel, y con mucho de los cuales cultivó la amistad”, prosiguió. El periodista editor responsable del Semanario Crónica recordó en contacto con RIEL FM que “siempre se lo escuchó hablar de Basavilbaso. Me parece que se levantaba todas las mañanas y lo primero que hacía era volver a “Basso”...muchas veces, así como hoy tengo la tristeza de empezar la mañana con la noticia que me da la radio, empezaba con un llamado de “Lucho”, de media hora o cuarenta minutos, queriendo saber sobre “Basso”, “¿cómo está fulano? ¿qué hace mengano?”. “Me decía cosas como “no dormí en toda la noche pensando si la casa de mengano sigue estando, pasá, fijate y después me contás”...no se porque razones o razones que la razón no entiende sufría de desarraigo”, expresó Arcusin.
Más adelante recordó que en la obra teatral, que hizo con motivo del centenario de la Escuela Número 9 “Matías Zapiola”, con textos de “Lucho” basados en su vida y en el pueblo, reflejaron que “nunca había dejado de ser de Basavilbaso y murió lejos, como tantos desterrados por culpa de un pueblo que a veces no supo retener a la gente".
Si algo nos puede dejar de enseñanza la vida de Lucio “Lucho” es que Basavilbaso puede”, enfatizó entre lágrimas de emoción, recordando la amistad que lo unió con su padre (Jacobo Arcusin), de quién fue compañero en la Escuela Nº 9, y su capacidad para hacerse amigo de los hijos de sus amigos, ya que una nueva generación de hijos de este pueblo aprendió a quererlo y a valorarlo.
Y quizás como muestra de esa imposible desarraigo, así como su alma nunca se fue de Basavilbaso, también reposarán para siempre acá sus cenizas.
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