Lunes 1 de Octubre de 2012, 21:20

"Lo primordial es atendender bien a la gente"

| La revista Salud Argentina del Ministerio de Salud de la Nación publica una entrevista a la trabajadora del hospital local María Graciela Claret. Técnica docente en Minoridad, dedicó su vida laboral al trabajo social en “Sagrado Corazón de Jesús” de Basavilbaso, del que desde hace 29 años es uno de sus pilares.


María Graciela Claret -más conocida como Mary- es técnica docente en Minoridad y está a a cargo del área Trabajo Social del hospital “Sagrado Corazón de Jesús”, de Basavilbaso, Entre Ríos, desde hace 29 años y medio, y le quedan sólo 6 meses para jubilarse. “todavía no sé qué voy a hacer cuando me jubile. Mis hijos me dicen que me vaya a vivir a Río Ceballos pero no sé…me encanta mi pueblo, no lo cambiaría por nada” relata con un dejo de melancolía. Madre de cuatro hijos y abuela de seis nietos, Mary cuenta que sus inicios transcurrieron en el área de Servicio Social como auxiliar, y gracias a la ayuda de otras compañeras -y a sus ganas de trabajar-, fue encontrando su lugar en el hospital. “De a poquito me fui haciendo pero fue muy difícil porque éramos pocos. Ahora, por suerte, hay una asistente social que viene tres veces por semana y tres promotores de salud con los que salimos a terreno a la tarde”. A juzgar por los números no son muchos más que en sus inicios -sólo cinco personas-, pero sin embargo, eso parece aliviar las tareas de esta mujer apasionada por lo que hace. “Es un trabajo muy lindo pero arduo. Se trabaja desde que uno llega hasta que se va”, reflexiona. La jornada laboral de Mary se inicia a las 6 de la mañana. “La primera hora es tranquila porque la gente empieza a atenderse con el médico, y después comienza el movimiento porque las personas son derivadas de acuerdo a cada motivo de consulta”, detalla la docente , quien también tiene a su cargo programas dirigidos a maternidad e infancia y al control de enfermedades no transmisibles. Con respecto a las tareas que llevan adelante en el área de Trabajo Social del hospital, Mary explica que “continuamente estamos atendiendo gente. Hay días que no es fácil pero los sobrellevamos haciéndole frente a las dificultades con una actitud positiva”, y agrega: “siempre lo primordial es atender bien a la gente porque las personas que concurren a este servicio están atravesando por una situación complicada y buscan ayuda, alguien que les de una respuesta a sus problemas”. Mary afirma que lo que más disfruta de su trabajo es atender a los pacientes, y mucho más “poder cumplir con el pedido y ayudarlos”. Otra actividad que le saca una sonrisa es la realización de las campañas de vacunación, promoción y prevención. “Salir a los barrios con las enfermeras nos permite ver cómo vive la gente, conocerlos. Porque cuando van al hospital uno no tiene todo el tiempo para preguntarles cómo están, qué necesitan, cuáles son los problemas. Cuando uno recorre los barrios, la parte humanitaria se despierta porque se ven dónde están las necesidades. Recorrer los barrios, hacer prevención y promoción es la parte más linda y dónde más útil uno se siente”, reflexiona. [b]Buenos recuerdos[/b] Esta mujer de ojos azules y mirada cristalina tiene en su haber una gran cantidad de recuerdos acumulados en estos casi 30 años de trabajo. Uno de ellos -de los más graciosos-, se remonta a unos años atrás en el ámbito del servicio de Salud Sexual y Reproductiva del hospital. Allí existe un registro donde todas las pacientes que retiran mensualmente anticonceptivos figuran en una base de datos interna. Pero un día -según cuenta Mary- apareció una señora que le dijo que “quería las pastillas para quedarse tranquila”, a lo cual le informaron que necesitaba una receta médica para archivar, “creyendo que era tranquilizantes”, acota May. Inmediatamente después, la mujer enojada, respondió: “entonces para que me mandaron aquí si yo le dije a la doctora que me atendió que quería pastillas para quedarme tranquila y no tener más hijos?”, remata Mary riéndose mientas recuerda la historia. [b]Futuro promisorio[/b] Diariamente el equipo de trabajo timoneado por Mary atiende alrededor de 30 personas, cuyo número varía de acuerdo a las derivaciones del hospital de Concepción del Uruguay. De todas maneras cada día que pasa se las arreglan mejor. “Hasta hace 10 años, no teníamos servicio de cirugía y todo era mucho más complicado pero ahora el hospital creció muchísimo”, relata Calret, al tiempo que agrega que “el tema de la cooperadora fue fundamental para nosotros porque gracias a eso se compraron muchos equipos nuevos”. Con optimismo, Mary reflexiona sobre los cambios que ha visto de cerca durante estas casi tres décadas: “haciendo un balance de todos estos años, podría decir que nuestro hospital ha crecido enormemente. Todos los Directores han trabajado lo mejor que han podido, unos dedicados a la prevención, otros a la promoción. Tuvimos épocas muy difíciles. El Director actual, Sergio Giordanengo, trabaja muy bien. El hospital creció en organización, en compra de instrumental, en el equipamiento informático y la atención ha mejorado mucho. El objetivo es fortalecer la salud de la población no sólo para aquellos que no tienen obra social, sino para todos”, resalta Mary. En la misma línea da un adelanto de los planes de Nación que se esperan en Basavilbaso en los próximos meses, que prevén la ampliación y refacción de este nosocomio. “Es un proyecto muy lindo, que se verá más o menos dentro de un año. Se van a crear nuevas áreas en la parte de atrás del predio del hospital”, detalla la docente. [b]Donación de sangre[/b] Otra de las acciones sociales que desarrollan desde este hospital tiene que ver con la donación voluntaria de sangre. “Hemos salido a inscribir gente y a informar sobre la importancia de la donación de sangre. Todos los meses vienen profesionales de Paraná a hacer extracciones, y nosotros nos encargamos de conseguir los donantes”, relata Mary, como si no bastara con las acciones sociales que hace casi todas las tardes en territorio -y “ad honorem”, dice-relacionadas con el control de las inmunizaciones y la nutrición en los más chicos. Cuando tiene un rato libre, Mary lo aprovecha al máximo. “A mí me gusta andar, así que como tengo dos hermanas y un hermano, me voy turnando y los voy visitando a todos. También suelo ir a visitar a mis hijos y mis nietos los fines de semana y, lo que nunca me pierdo son mis clases de gimnasia, tres veces por semana, porque me encanta la actividad social, y esa es una buena excusa”, bromea. Ella es feliz con su labor social pero de no haber lo que hace, se imagina una vida dedicada por ejemplo, a la actividad física, como profesora en una escuela. “Estoy muy contenta con mi trabajo, aunque me quedan seis meses para jubilarme, si Dios quiere. De todas manera, algo voy a buscar para seguir trabajando por la gente”. Cada vez que Mary relata alguna anécdota de estos casi treinta años al servicio de la comunidad en su querido pueblo entrerriano, su mirada se pierde en el horizonte, y esboza una sonrisa que le ilumina la cara. Será por eso que al finalizar la entrevista, Mary no pudo disimular su emoción de hacer sido la protagonista de esta historia de vida y exclamó: “¡Qué bueno! ¡Me van a hacer un regalo para mi jubilación!”. Verónica Sandler/Salud Argentina