Domingo 24 de Marzo de 2013, 12:54

Recuerdan al golpe de 1976 como el comienzo de una era de sangre

| El Intendnete, mandato cumplido, Julio Aldáz recordó el golpe de 1976, del que se cumplen 37 años, como el comienzo de una era de sangre, persecución, censura y terror en el país.

UNA ERA DE SANGRE, PERSECUCIÓN, CENSURA Y TERROR EN EL PAÍS "La dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983, contó con el decisivo respaldo de los grandes grupos económicos nacionales, el financiamiento permanente de los grandes bancos y organismos crediticios internacionales, donde la intervención civil resultó importante al igual que el apoyo brindado por un sector de la iglesia. El saldo de su gestión fue miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de exiliados y la primera derrota internacional del ejército argentino, el incremento de la deuda externa, la destrucción de gran parte del aparato productivo nacional y la quiebra y el vaciamiento de la totalidad de las empresas públicas", opinó Aldáz. Para el Intendente, mandato cumplido, la herencia más perdurable y evidente que dejó el "Proceso de Reorganización Nacional" fue "el sufrimiento de sus miles de víctimas. Rodolfo Walsh, Azucena Villaflor, Francisco Urondo, Alice Dumon,Haroldo Conti, Leonie Duquet,Oscar Smith, Héctor Oesteheld, Raymundo Gleyzer figuran en la lista de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas(Conadep), que durante nueve meses reunió miles de declaraciones de sobrevivientes, familiares y testigos". La publicación del informe "Nunca Más" es para Aldáz "una descripción terrífica de la Argentina durante el golpe cívico militar, donde se constató más de 300 centros clandestinos de clandestinos de detención, la confirmación de la muerte de mucho de los desaparecidos y detalló gráficamente las torturas y es una demoledora condena al proceso, donde la represión y la muerte habrían sido frutos de una política premeditada". El funcionario provincial destacó que en ese marco de "miedo" y "silencio" surgieron las Madres de Plaza de Mayo, "un grupo pequeño de mujeres que por amor a sus hijos "desaparecidos" desafió al Poder, y su trabajo se difundió por todo el mundo, cuya concentración alrededor de la Pirámide se convirtió en el epicentro de todas las condenas a la dictadura". "Con vida los llevaron, con vida los queremos", era la proclama utilizada por esos días. La represión que sufrieron no frenó su acción ni impidió que su causa trascendiera las fronteras del país". "Los niños que nacieron mientras sus madres estaban detenidas, se transformaron en parte del botín a repartir. En algunos casos fueron inscriptos como hijos propios por miembros de la represión, vendidos o abandonados. Este es el reclamo que realizan todavía hoy las Abuelas de Plaza de Mayo, la restitución de sus nietos a sus verdaderas familias", recodó Aldáz. "Bebés nacidos en cautiverio que fueron entregados a extraños, familias enteras asesinadas, secuestros y violaciones formaron parte de la larga noche de espanto, como se comprobó en 1.985 en el juicio contra las juntas militares que se sucedieron en el gobierno. Abuelas que tienen nietos que no conocen, hijos que no saben quienes fueron sus padres, padres que no supieron nada de sus hijos, matrimonios que arrebataron la identidad a hijos ajenos", prosiguió el también ex legislador provincial. "El retrato de Videla, Massera y Agosti con los puños en alto y el Grito de gol en el atardecer del domingo 25 de junio de 1978 cuando Argentina se coronaba campeón mundial de fútbol marcó la hora más gloriosa de la Junta Militar y la derrota en la guerra de Malvinas significó el desmoronamiento del régimen militar, acelerando la entrega del poder a un gobierno constitucional y permitiendo la expresión de demandas contenidas por largo tiempo, que se manifestaron con la creciente movilización política y social", opinó. Finalmente Aldáz resalta como un hecho histórico, cargado de simbolismos, cuando el Presidente Néstor Kirchner pidió perdón de parte del Estado Nacional "por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades" y formalizó la creación de un Museo de la Memoria en la ESMA, el principal centro de detención ilegal de la dictadura, y en esa misma mañana reclamó el inmediato retiro, de manos del Jefe del Ejército, Raúl Bendini, de los retratos de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Patio de Honor del Colegio Militar. "Esta democracia que hoy tenemos no es una concesión gratuita...tampoco es un bien que se deposita en gobernantes y políticos. Es patrimonio de todos y cada uno de los argentinos", afirmó Aldáz.