Lunes 2 de Abril de 2012, 20:21

Se conoció otra historia de un basavilbasense que particip&oacu

| Treinta años después de terminada la guerra de las Malvinas se conoció la historia de un basavilbasense que participó de aquella gesta. El héroe asegura sentir orgullo de haber sido parte del grupo de compatriotas que peleó por la soberanía de nuestro país y que retirado del Ejercito regresó a Basavilbaso y no en búsqueda de algún reconocimiento, sino a “vivir, definitivamente quiero vivir acá…es mi lugar en el mundo”.


“En lo posible prefiero que no me noten, pasar desapercibido…es algo que ocurre con la mayoría de los integrantes de la familia”, dice para justificar que pasaran 30 años hasta que en su provincia, en su pueblo se supiera que es veterano de guerra. “Tenía 14 años cuando me fui para Buenos Aires, entré al Ejército dónde hice una carrera que me permitió retirarme como Suboficial Mayor de Infantería. Hoy, desde hace cinco meses, estoy aquí en mi pueblo viviendo…disfrutando”, exclama. Durante la entrevista que le concedió a RIEL FM el Suboficial Mayor de Infantería, Juan Domingo Saracha (59) recordó que “tuve lindos, hermosos destinos…el Liceo General Belgrano; Comando de la Tercer Brigada de Infantería; la Escuela de Comando; la Escuela de Paracaidistas y fui a la guerra con el (Regimiento de Infanteria Mecanizado) 4 de Monte Caseros (Corrientes) y el alto honor de ser Sargento Primero, entrerriano y de Basavilbaso en ser Jefe de Sección Cañones y Morteros en (monte) Dos Hermanas, (monte Two) Sisters, (monte) Challenger; montes Wall y Kent. Fui herido en combate, en la pierna derecha…se me congelaron las dos piernas, pié de trinchera y mano derecha, pero aquí estamos contento de volver a mi pueblo, a mis raíces”. Saracha regresó a Basavilbaso y no en búsqueda de algún reconocimiento, sino a “vivir, definitivamente quiero vivir acá…es mi lugar en el mundo”, afirma y recuerda que cuando chico era del barrio Estrada, “dónde nos revolcábamos en un “campito” próximo a la usina, y más allá “(en un campo con maíz) hacía otras cosas”. Hijo de Domingo Saracha, de profesión ferroviario, recuerda que tenía 8 hermanos, y que hoy “quedamos solo cinco”, pero aclara: “soy el único que volvió al pago” y “estoy intentando ser el “sarachita” de “Basso”, del barrio Estrada que se fue de chico”. Entre los recuerdos habla con afecto de su paso por la Escuela Nº 58, hoy Nº 91 “La Pampa”, de la que asegura ser “orgullosamente egresado”, dedica un párrafo para sus señoritas maestras, y admite: “me encantaría verlas…se que en la mayoría de los casos no es posible”, se lamenta. Luego menciona que “arrimaba algunas monedas a la economía de la familia” trabajando en la primera época de FABA, “allí cazaba pollos”, dice con una sonrisa a flor de labio. Saracha elude hablar de su profesión, militar, porque se siente a gusto recordando que corría la pelota como “win izquierdo” (puntero izquierdo) en Ramsar, cuando “Don Guido era el técnico”. “Me decían “machito Juan”, por lo terrible…pero les juró que cambié”, afirma entre risas al asegurar “yo yo no debería haber hecho el servicio militar, nací el 25 de mayo”. Seguidamente al mencionársele que la bravura de los correntinos en defensa de la soberanía de nacional el militar retirado exclamó: “Gracias a Dios, gracias a Dios!!! Me tocó estar -con los medios que teníamos (el FAL viejo)- con hombres de verdad dispuestos a ofrendar la vida por la patria…todos los años nos juntamos el primer sábado de junio en Monte Caseros para celebrar que estamos vivos y lloramos a los caídos”. “Entre el 2 de junio y el 14 no se qué pasó…tengo un vacío”, asegura. “Me dicen que estuve en “Puerto Argentino”, pero no lo recuerdo”, comenta. “Me explotó un proyectil de artillería naval, y “se me juntó el positivo y el negativo” sufriendo como consecuencia de ello una especie de amnesia…problema por el cual estoy en el protocolo para ser atendido en el hospital militar, de veteranos de guerra, de Illinois, ya que “sufrí una situación similar a veteranos estadounidenses que combatieron en Vietnam”. “Me retiré del Ejército con casi 39 años de servicio y 17 cursos aprobados de capacitación que me permitieron ser comando y paracaidista”, cuanta pero al no poder evitar hablar de lo que fue la guerra de Malvinas el Suboficial Mayor de Infantería (R) minimiza todo lo que su cuerpo sufrió diciendo: “estábamos preparados para eso”, no obstante sus ojos se llenan de lágrimas al recordar que “16 soldados míos murieron en combate”. “De la guerra no hay nada lindo que contar, no hay nada dulce…en la guerra todos perdemos”, sintetizó.