Sábado 23 de Octubre de 2010, 21:30

Se inició el ciclo de charlas por los 50 años del hospit

| Este sábado, a las 10:30 horas, en el Auditorio de la Escuela Secundaria Nº 10 "Basavilbaso", comenzó un ciclo de charlas por los 50 años del hospital “Sagrado Corazón de Jesús”. La charla de este sábado fue sobre “estrategias de prevención en sobrepeso y obesidad -una mirada local-”, que se basó en el trabajo que hizo en la ciudad el equipo de la Licenciada en Nutrición Cristina Possidoni. Se dieron a conocer datos preocupantes sobre obesidad en niños de entre 4 y seis años.


Este sábado, a las 10,30 horas, se inició, con una charla sobre “estrategias de prevención en sobrepeso y obesidad en niños menores de seis años -una mirada local-”, el ciclo de charlas programado en el marco de los 50 años del hospital “Sagrado Corazón de Jesús”. “Procuramos con este ciclo de charlas generar para la comunidad de Basavilbaso y la región espacios de intercambio de información, de preocupación por la salud”, dijo el Dr. Sergio Giordanengo. El Director del hospital de todos celebró la posibilidad de contar con la Licenciada en Nutrición Cristina Possidoni, responsable de la división de nutrición del hospital, quién cuenta con un curriculum muy extenso con valiosos trabajos de investigación además de ser Docente de la Facultad de Bromatología (Gualeguaychú) y de la Universidad Maimónides. Possidoni encabezó las tareas de un equipo, integrado por Mónica Costa, Licenciada en Nutrición, profesora de la UNER; Eleonora Salas estudiante avanzada de la licenciatura en nutrición y Patricia Kuzbyt, Estimuladora Temprana y Docente, que realizó desarrolló sus actividades con todos los niños de 4,5 y 6 años de las Escuelas Número 9 y 33 de Basavilbaso y “Juventud Unida” (Escuela Pública de Gestión Privada) de Gualeguaychú, que permitieron evaluar la situación nutricional de los pequeños en la búsqueda de datos de sobrepeso y obesidad. El equipo comenzó por la evaluación antropométrica de los niños (relevando índice de masa corporal y peso), y realizó con ellos talleres, del mismo modo que lo hicieron con los padres. “La elección de las Escuelas no fue azarosa, nos habían planteado el interés de que trabajáramos en temas vinculados a la nutrición”, explicó Possidoni al iniciar su exposición en el Auditorio de la Escuela Secundaria Nº 10 "Basavilbaso". “Se está en presencia de una espantosa epidemia de obesidad, que ya es una pandemia y que es imperioso hacer algo, por ello es que impulsamos acciones en las escuelas, con los niños pequeños, para tratar de lograr que cuando sean adultos no parezcan sobrepeso u obesidad y todas las enfermedades crónicas que se derivan de ellas o que van de la mano de ellas”, indicó la profesional. La exposición fue acompañada de imágenes proyectadas en una pantalla gigante, destacándose que entre las fotos de los talleres se colocó una reproducción de la serie “Gordos de Botero”, de Fernando Botero Angulo, pintor, escultor y dibujante colombiano nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín (Antioquia), de una familia cuyos rasgos fueron considerado “más que representativa de lo que va a pasar en el mundo si no se toman acciones concretas ante el problema que representa el sobrepeso y la obesidad”. “Según la Sociedad Latinoamericana de Nutrición que si las cosas siguen como están dentro de treinta años la cantidad de hospitales, clínicas y centros de salud a nivel mundial no alcanzarán para atender la cantidad de dializados que va haber por culpa de la diabetes, que es uno de los flagelos que vienen de la mano con el sobrepeso”, manifestó la Licenciada en Nutrición al aclarar que el interés de su equipo es el de propiciar estilos de vida saludables, trabajando con Salud Pública y las Comunidades Educativas, y que utilizaron dos modelos de intervención: “el focalizado en el ámbito familiar y el focalizado en la escuela”. Y luego -aclaró- “se los interrelacionó porque está visto que la acción de las madres sobre la alimentación de sus hijos es un determinante de las preferencias, de los hábitos que los niños desarrollarán a lo largo de su vida”. Además los establecimientos educativos tienen comedores y gran parte de los alumnos, por diferentes motivos, concurren a ellos. Y se apresuró en destacar que “no todos van al comedor por un problema de orden económico de sus padres sino que muchos o de sus mamás refirieron que la posibilidad de ir al comedor era un momento de socialización, ya que muchas familias no tienen el hábito de reunirse alrededor de la comida y por ello los padres utilizan esta instancia del comedor escolar como una posibilidad de que los niños adquieran ese hábito”. “La obesidad es una enfermedad crónica no transmisible, pero estamos convencidos que se transmite culturalmente porque nosotros no comemos lo que queremos sino lo que aprendimos a comer, lo que se comió en nuestras casas, escuelas…por lo que la no transmisibilidad es relativa”, opinó Possidoni que a su entender los padres se preocupan en exceso si su hijo come poco, pero no le dan la misma importancia cuando come mucho. Esta conducta mal canalizada se identifica en los padres que incitan a los pequeños a comer más con el convencimiento de que no les falte de nada; les sirven raciones de alimentos exageradas en comparación a la cantidad que necesitan para su edad, sobre todo, en el caso de las proteínas (carnes, pescados. leche y lácteos). Son los padres que sobreprotegen a sus hijos en la cuestión alimentaria, si bien ofrecer más alimentos proteicos de los necesarios es tan poco saludable como no estimular el consumo de fruta y verdura. Igual de negativo es pretender que los pequeños ingieran toda la comida del plato cuando dan muestras de estar llenos. En el taller con los niños pudimos advertir que hay un consumo muy bajo de frutas y verduras. Utilizando como método una “tormenta de ideas” (herramienta de trabajo grupal que facilita el surgimiento de nuevas ideas sobre un tema o problema determinado) se le mostraron distintas figuras a los niños que permitieron determinar que no sólo consumían muy pocas frutas y verduras sino que la variedad era acotada y peor aún había un desconocimiento de la existencia de algunas variedades. “Los padres no saben como prepararlas (a las verduras)”, afirmó Possidoni. Una parte del trabajo consistió en la realización de encuestas entre los padres que permitieron determinar que no se amamanta a los bebes, que más rápido que lo recomendable se suplanta la leche materna por la mamadera. También que no se desayuna, cuando el desayuno debería aportarnos el 25 % de la energía total diaria. El no desayunar provoca un hambre a media mañana que nos lleva a consumir alimentos dulces o salados de alta densidad energética. El desayuno es un hábito, y como tal hay que educarlo poco a poco. Una vez que una persona se acostumbra a desayunar, no podrá pasar una mañana entera sin el desayuno. Por lo tanto, en aquellas personas que tengan este problema, debemos empezar poco a poco introduciendo desayunos ligeros, hasta que lleguemos al correcto desayuno. Por otra parte que cuando los pequeños están en sus casas pasan muchas horas frente al TV y/o la computadora y generalmente comiendo snacks y tomando bebidas azucaradas. Possidoni dijo que se apreció que es “muy poca” la actividad física programada que hacen los chicos, dato que consideró “preocupante”. “Entre los alumnos de la Escuela Nº 9 encontramos un 30% de los niños de 4 a 6 años con problemas de sobrepeso y obesidad, lo que es una barbaridad. En la Escuela de Gualeguaychú ese porcentaje es más bajo, llega al 19%”, detalló Possidoni que aseguró que en los encuentros con los padres procuró transmitirles la importancia de una buena nutrición de sus hijos, y que hasta los tres años tienen una “ventana abierta” para modificar los hábitos en procura de lograr reunir a la familia para comer, alimentos nutritivos y preparados en casa.