Sábado 17 de Marzo de 2012, 22:04

Un caballo de Libaros ganó de manera categórica en Paler

| Se trata de Western Manners de Eraldo Evequoz, de Libaros, que ganó el premio "Dragonero", con la monta de Maximiliano Aserito. La competencia, 12ª. carrera del programa del hipódromo porteño de Palermo, en pista de arena, entre caballos de cinco y más años, ganador de una carrera, fue dominada a voluntad pese a que, por un “piquete” en la Ruta, el caballo llegó a última hora.


El hijo de Preclara y Western Cat (USA), nieto -por la madre- de Farnesio, que naciera en julio del 2006, y es entrenado por Eraldo "El Negro" Evequoz de Libaros, no defraudó las grandes expectativa que su presencia en Palermo había generado. En la 12ª. carrera del programa de este viernes, Western Manners, un zaino de 57 kilogramos, guiado por Maximiliano Aserito le dio una gran alegría a la zona. El "Dragonero" quedó para "El Negro" Evequoz que celebró la categórica victoria, por ocho cuerpos de ventaja, sobre El Piropero, con la monta de Roberdot Alzamendi del stud La Dolfina. La victoria y el excelente tiempo, de 1'22"44c , fue muy celebrada por el preparador, su familia y el puñado de amigos que acompañó la verdadera travesía que debieron realizar hasta llegar al hipódromo. Cuatro puntos de acceso a la Capital Federal estuvieron este viernes bloqueados por grupos piqueteros: hacia el Norte, en el acceso a la Ruta Panamericana; hacia el Oeste, en el cruce de las avenidas General Paz y Rivadavia, y hacia el Sur, en las inmediaciones del puente Pueyrredón y la autopista Buenos Aires-La Plata. Evequoz, para cumplir con el compromiso hípico en Palermo, salió temprano, a las 9 horas, de Libaros, “todo venía muy bien hasta que el tránsito prácticamente no se movía por una manifestación en la autopista Panamericana (en su intersección con la Ruta 197)”, recordó el cuidador. Mientras se efectuaba el reclamo por aumentos en los planes “Argentina Trabaja” Evequoz intentaba que le abrieran paso, “pero era un caos”, recuerda y por lo que “pensé en pegar la vuelta”, admitió pero Sonia, su hija, y Darío Tournour -uno de sus colaboradores -que se ocupaban de mantener la tranquilidad en el tráiler para que el caballo estuviera de la mejor manera-, “insistían en que no debían “abandonar” y pese a estar a 5 kilómetros del corte confiaban que se resolvería”. Fue así que desde las 12 del mediodía y hasta las 17 horas el tráfico estuvo interrumpido y consecuentemente la “embajada de Libaros” no podía llegar al hipódromo. “Se nos consumía el tiempo, ya que a las 18 nos debíamos presentar con el caballo”, relató Sonia que contó que felizmente, una vez levantado el “piquete”, “salimos volando y llegamos veinte minutos antes del cierre de la inscripción”. Luego, y como informamos más arriba, todo fue alegría ya que el ejemplar que cuida su padre ganó de punta a punta.