Un coche motor recuperado en Entre Ríos hace el servicio Buenos

La década de los noventa fue crucial para la historia de estos nobles coches motor. La aplicación decisiva de políticas neoliberales llevó al cierre indiscriminado de líneas y ramales en todo el territorio argentino extinguiendo la necesidad que había originado la utilización de este tipo de vehículos. Hay que sumar a ello los más de treinta años de servicio que los 7131 cargaban en su espalda, con ineficiente mantenimiento y siendo muchas veces presa de peleas donde se mezclaban intereses políticos y sindicales. Finalmente, la privatización de los servicios urbanos de pasajeros hacia 1992 significó la casi desaparición de su redondeada figura. Pero un nuevo capítulo se comenzó a escribir en su historia reciente, cuando la empresa Trenes Especiales Argentinos, tras un laborioso y cuidado trabajo de restauración, trajo nuevamente a la vida un equipo de trocha media con objeto de cubrir diversos servicios en nuestra mesopotamia, lo que fue celebrado con igual entusiasmo por aficionados a los ferrocarriles y por los habitantes del interior, que sueñan con la vuelta de un servicio vital para la vida de esos pueblos víctimas de la indiferencia oficial. “Estuvieron mucho tiempo abandonados en el predio del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe) fueron víctimas de un proceso de depredación que prácticamente los conminó a la extinción. Nos encontramos con faltantes importantes, como aluminio, cobre, cables; y lo que se hizo fue realizar una reparación completa de estos coches desde la chapa y la pintura hasta los motores, cuya fábrica no existe más desde hace muchos años”, detalló con nostalgia Gabriel Mela. El jefe de mecánicos de TEA aseguró que “con el correr del tiempo pudo tomar real dimensión del trabajo realizado para conseguir reconstruirlo y colocarlo en las vías”, prosiguió Mela que recordó que muchos elementos habían sido robados dañando la estructura de vehículo, y hasta “tuvimos que fabricar las herramientas”, acotó. Después de tanto sacrificio la presentación en las vías no podía ser de otra manera que circulando por un ramal, Paraná-Basavilbaso, que había sido utilizado por última vez 15 años atrás. Perla Battilana, integrante de la organización social “Por la vuelta del tren” de Basavilbaso, reivindicaba la importancia del ferrocarril para los pueblos y minutos antes de la partida, ocurrida a las 10 horas del 17 de octubre del 2007, afirmó: “nadie más que los propios pueblos saben el significado de peticionar por un medio que fue pujante y edificador de una cultura que nos formó, nos moldeó, y nos hizo ser esto que somos para poder comenzar a gestar este movimiento por la vuelta de este tren que es la esencia misma de los pueblos entrerrianos”. “La demora que nos causa la falta de limpieza nos retrasa en la marcha, pero no nos hará claudicar en nuestro propósito de pelear porque el servicio de pasajeros sea restablecido”, aseguraba Rubén Barac, integrante de la organización social “Por la vuelta del tren”, vaticinando que a pesar del accidentado viaje, por la falta de aseo en el tendido de la vías, tapadas por la vegetación y tierra, y cruces a nivel con hasta 50 centímetros de tierra, la marcha recibiría la adhesión de los vecinos que saldrían emocionados a su encuentro y contribuirían a reunir más de 10 mil firmas que acompañaría al petitorio, que hasta el presente no pudo ser entregado en manos del Gobernador, Sergio Urribarri, en reclamo de la recuperación de los trenes de pasajeros. Ese viaje, por momento teñido de aventura, despertó el reclamo de los pueblos del interior, muchos de los cuales permanecieron inmóviles mientras se destruyó casi todo, pero “felizmente hubo una iniciativa de los hermanos correntinos que nos marcó el camino y hoy somos muchos los que entendemos que la recuperación del coche motor Fiat constituye el primer mojón para la recuperación del sistema ferroviario para que vuelva a tener la importancia y la trascendencia que supo tener. El cierre del ferrocarril condenó a la extinción a numerosas poblaciones de la vasta geografía nacional, cuya única posibilidad de vinculación era a través de este transporte, y Entre Ríos no fue la excepción. Con su apoyo las gestiones para recuperar los “Caminos de Hierro” avanzarán sustancialmente”, afirmaba Julio Aldáz. El por esos días diputado provincial del PJ decía: “debemos evitar que siga pasando el tiempo, y que se y que se continúe destruyendo lo que fuera nuestro ferrocarril, la principal fuente de trabajo de cientos de pueblos en nuestra provincia”. Tras cumplírse el objetivo de llegar hasta Basavilbaso el tren viajó a Corrientes, donde volvió a circular por el ramal que une las ciudades correntinas de Monte Caseros y Curuzú Cuatiá, en lo que fue definido como "un viaje simbólico para la recuperación del tren", del que participaron autoridades. Desde entonces el coche motor quedó guardado en los talleres de la empresa TEA en Federico Lacroze, Buenos Aires, y esporádicamente salía de sus “descanso” en auxilio de El Gran Capitán. Este mediodía el Jefe de Trenes de la compañía ferroviaria “lo puso de titular”, dijo sonriente Mela que confiado en la nobleza del material puesto sobre las vías aseguró confiar que podrá salir airoso de esta verdadera “prueba de fuego”, como entendió la realización de tan largo viaje, con la capacidad completa. Como otras tantas veces la estación Basavilbaso lució repleta de pasajeros, curiosos y aficionados, los que aguardaron la llegada del Fiat, disfrutaron de su presencia por algunos minutos, y lo despidieron mientras llovía torrencialmente sobre la capital del riel. [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=bJCey6EzFHM[/youtube]