Jueves 17 de Mayo de 2007, 10:33

Agregarán letras a las claves para retirar dinero de los cajero

| Las claves personales para operar en cajeros automáticos sumarán letras. A partir de julio, quienes operan con cajeros automáticos deberán memorizar una nueva clave.

Próximamente, y según una disposición del Banco Central de la República Argentina (BCRA), al número habitual se le deberán agregar cuatro letras, con el objetivo de incrementar las previsiones de seguridad. De esa manera, se multiplican geométricamente las posibilidades de elección y, por lo tanto, se vuelve mucho más difícil adivinar cuál es la clave que el usuario eligió para resguardar su cuenta bancaria. La clave deberá ser ingresada en dos partes: primero se deberá digitar el PIN (sigla en inglés de Personal Identification Number), es decir, la clave numérica, y después se deberá seleccionar de un menú de opciones de letras que ofrecerá la pantalla el PIL (Personal Identification Letter), es decir, la clave alfabética. La combinación de números y letras se usará en casos de extracciones de dinero, mientras que cuando se solicite información sólo se requerirá de la numérica. En el primer caso, el usuario elegirá cada letra de un menú de tres hileras de cada lado de la pantalla, es decir que es prácticamente imposible que alguien pueda adivinarla por la posición del abecedario o de los números, garantizando la seguridad de la nueva forma de operar. Combinaciones. “Matemáticamente se necesitan 10.000 combinaciones de cuatro dígitos para descifrar una clave numérica”, manifestó a El Diario el ingeniero Rómulo Balcar, presidente de la comisión de Ingenieros en Informática del Colegio de Ingenieros Especialistas de Entre Ríos. El dato da una idea de las dificultades, al menos para el común de la gente, que implican identificar un password numérico. Pero, evidentemente, las autoridades bancarias pretenden acrecentar aún más las medidas de seguridad. “Con algoritmos que se pueden encontrar en la red se pueden lograr las combinaciones aproximadamente en 10 segundos”, reveló luego el experto, aunque aclaró que los sistemas de los cajeros automáticos están programados para permitir solamente tres intentos e inmediatamente después se bloquea el servidor y se retiene el plástico, precisamente para evitar ese tipo de fraudes. “De todos modos, ya ha habido casos de bancos hackeados”, aseveró después. Con respecto a la disposición del Central para que las claves personales se compongan de números y letras, Balcar entendió que será una buena manera de preservar las cuentas bancarias. “Con claves alfanuméricas, es decir compuestas por números y letras, la cantidad de combinaciones posibles es mucho mayor y por lo tanto más seguro”, remarcó. Como consejo, sugirió utilizar formaciones nemotécnicas, es decir que puedan ser recordadas por asociación (“por ejemplo: tengo un auto rojo” y utilizar las primeras letras de las palabras: TUAR), cambiarlas periódicamente y no repetirlas en otros usos u operaciones. Con el código actual, de cuatro dígitos numéricos, las combinaciones posibles son de 4 elevadas a la 10, mientras que si está compuesto por números y letras las posibilidades son de 4 elevadas a la 36. Además, por lo general, se recomienda no elegir cifras fácilmente identificables (número de DNI, direcciones o fechas de cumpleaños), y en el caso de letras es preferible no optar por iniciales de nombres. También, otro de los consejos que se repiten para los clientes bancarios es no portar la clave escrita en el mismo lugar en que se lleva la tarjeta, porque en el caso de robo, por ejemplo, se tendría acceso al plástico y al password. En el uso del homebanking, las operatorias bancarias vía Internet, es imprescindible cambiar con frecuencia la clave de seguridad y siempre usar el teclado virtual, al que se accede con el uso del mouse. En la banca local todavía no manejan demasiada información sobre cómo se implementará este nuevo sistema. Si bien la circular que emitió el Banco Central data de diciembre del año pasado, no ha habido mayor especificidad sobre el tema con respecto a las modificaciones que se deberán hacer sobre el software de los cajeros, por ejemplo. Sin dudas, la implementación demandará un trabajo importante, no sólo en las variaciones tecnológicas de los cajeros sino además en una campaña de información entre los usuarios. Pero, con respecto a las posibles complicaciones que provocará el nuevo sistema entre los clientes de mayor edad, voceros de entidades locales consideraron que “serán relativas, ya que los nuevos jubilados ya tuvieron un adiestramiento previo del uso de los cajeros mientras eran empleados activos”. Además, la mayoría de los bancos brindan un servicio de atención personalizada a los usuarios que tienen dificultades para usar cajeros automáticos. Fuente: El Diario de Paraná.