Lunes 30 de Agosto de 2010, 00:47

Alfonsín lanzó su línea interna y llamó a

| En un clima de efervescencia política y ante unos 7000 militantes, Ricardo Alfonsín lanzó anoche el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), la corriente interna del radicalismo que impulsa su postulación presidencial para 2011.

"A través de un frente progresista, racional y democrático, el radicalismo llegará al gobierno en 2011", dijo entusiasta el diputado, en medio de una ensordecedora ovación de sus partidarios, muchos de ellos integrantes de la Juventud Radical de todo el país, que horas antes celebraron un plenario. La capacidad del comedor universitario no alcanzó y muchos quedaron afuera, entre ellos, buena parte de la familia Alfonsín, que tuvo que ver el acto desde las pantallas gigantes colocadas afuera. Sobraron color, cánticos, banderas, pancartas y distintivos, como en los viejos tiempos del radicalismo. "Siga, siga el baile, al compás del tamboril, que vamos a ser gobierno de la mano de Alfonsín", fue uno de los estribillos más repetidos, junto con "Se siente, se siente, Alfonsín presidente". "Si actuamos bien, tenemos posiciones claras y si resistimos las tentaciones de atajos electorales, les aseguro que vamos a ganar, no sé si en primera o en segunda vuelta, las elecciones de 2011", se entusiasmó desde el escenario Alfonsín, escoltado por Gerardo Morales, Mario Negri, Angel Rozas y la vicegobernadora de Santa Fe, Griselda Tessio. El titular del partido, Ernesto Sanz, observaba desde la platea, después de las críticas que recibió de los aliados del vicepresidente Julio Cobos por su presencia en el acto. En su alocución, Alfonsín planteó que así como su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín, se comprometió en 1983 a "terminar con las dictaduras", ahora su desafío será "terminar con la pobreza, que no sólo afecta a quienes son hoy víctimas de la situación social, sino a vastos sectores de la clase media, que ven con preocupación y con temor el futuro". Ello se logrará, dijo, con "un proceso de crecimiento orientado a terminar con la pobreza, mediante una justa distribución". De todos modos, rescató como positiva la asignación universal implantada por el gobierno kirchnerista. Pero advirtió que "no hay que confundir asistencialismo con clientelismo". También destacó la necesidad de "avanzar de una democracia política hacia una democracia social, hacia la soberanía social, las libertades sociales y económicas". Al desgranar sus propuestas, señaló que es imprescindible establecer "políticas de Estado de largo plazo, acuerdos básicos y cierto nivel de diálogo y consenso entre las fuerzas políticas, del capital y del trabajo". También resaltó las cualidades de su padre, que ahora le sirven a él para militar en la política. "Ser una buena persona no es tan fácil... no es no robar, no matar y cumplir con la ley. Eso es fácil. Para ser una buena persona en política, no hay que ser demagogo, aunque la ley no lo prohíbe; no hay que ser deshonesto intelectualmente, ni sectario o autoritario, ni detractar a las instituciones, ni confundir las prioridades. Ser una buena persona es casi una ideología", diferenció el diputado nacional. Si bien se trató de un encuentro radical, todos los oradores llamaron a consolidar el Acuerdo Cívico y Social, pese a que Elisa Carrió confirmó ayer que con su Coalición Cívica "ya no está" en el frente. Morales le mandó un mensaje conciliador. "Le pido a mi amiga Lilita que reflexione, que pensemos en la patria, en la gente, en el futuro", dijo desde el escenario. Alfonsín fue más cauto. Reclamó "no hablar por los medios" y dijo que esperarán hasta diciembre para que Carrió tome su decisión final. Durante el acto, Negri se contagió del fervor y vaticinó que "la geografía del país va a quedar chica" por el avance del radicalismo y expresó que "la sociedad rechaza el autoritarismo de los Kirchner" y que se inclinará a favor de Alfonsín. A su vez, Rozas consideró que el Morena "no busca dividir ni fragmentar, sino unir a todo el radicalismo", en un intento de calmar los ánimos del cobismo, nada feliz con el acto alfonsinista.