Domingo 11 de Abril de 2010, 22:05

Aparecen más bienes ligados a Jaime

| Diario La Nación descubrió en Brasil un departamento a nombre de la actual mujer del ex funcionario, a la que Oyarbide también investiga.

El último piso del edificio Porto das Algas, en las playas de Jureré Internacional, lleva semanas deshabitado. Está ubicado frente a un canal, con yacuzzi y palmeras enanas en la terraza, y no pertenece a brasileños ni estadounidenses, como la mayoría de los departamentos vecinos. Su dueña es una argentina: Silvia Elena Reyss. Hasta hace semanas, no era más que la responsable de un modesto salón de belleza cordobés. Quien la sacó del anonimato fue el juez federal Norberto Oyarbide: hizo públicas sus sospechas de que era testaferro del ex funcionario kirchnerista más investigado por la Justicia. El es Ricardo Jaime; ella, su mujer desde hace al menos seis años. La Nación descubrió su nueva propiedad revisando los registros catastrales del segundo distrito de Florianópolis. Según las fichas 76.480 y 76.481, Reyss la adquirió junto con una cochera el 26 de marzo de 2009, tres meses antes de que Jaime dejara la función pública. Los archivos de la isla indican que la compró a la empresaria brasileña Solange Teixeira Fernández y que pagó por ella 295.402 reales (unos 644.000 pesos). El edificio, de tres pisos, no tiene portero. En una inmobiliaria contigua informaron que son departamentos de tres dormitorios que, por lo general, sólo se habitan en verano. Jaime debió haber informado de la compra de este inmueble en su última declaración jurada porque la ley obliga a denunciar los bienes del cónyuge o conviviente. No lo hizo. No declaró propiedad alguna de Reyss. Todo lo que admitió tener cuando dejó su cargo fue una moto y una vieja vivienda en Santa Cruz. Oyarbide, en cambio, cree que esconde un patrimonio multimillonario de origen espúreo y anteyaer sostuvo que es probable que Reyss fuera su prestanombre. Aunque Jaime juró casi no tener inversiones en ladrillos, él y su familia han demostrado en esta isla un claro interés por los negocios inmobiliarios. Diez meses después de haber adquirido Porto das Algas, Reyss se lanzó tras un negocio más ambicioso: la compra de un semipiso en el condominio Colinas de Jureré. El acuerdo estaba cerrado. El 17 de enero pasado, Reyss firmó un contrato y se comprometió a pagar por él 750.000 reales. En esa fecha, según los registros de Migraciones, Jaime estaba en Brasil. Volvió a Buenos Aires al día siguiente. Pero el negocio se frustró: el escándalo por el presunto enriquecimiento trascendió las fronteras y la venta se canceló. Sólo se había pagado el primer adelanto cuando el vendedor se enteró de quién era su compradora y dio marcha atrás (ver aparte). El contrato firmado el 17 de enero fue secuestrado por Oyarbide durante el allanamiento al departamento que Jaime alquila en Buenos Aires y está agregado al expediente. Lo que desconocían los investigadores es que el negocio se había caído. En ese contrato, Reyss dijo residir en la isla, en Avenida das Algas 443, Jureré, el inmueble que, se sabe hoy, había adquirido 10 meses antes. Cuando compró aquella propiedad, también había dado un domicilio en la misma playa: Rua dos Meros 23. "Hace tres años que vivo aquí y no conozco a ninguna señora Silvia, pero voy a llamar a la propietaria", dijo a LA NACION en un cerradísimo portugués la ocupante del inmueble, una casa celeste mucho más modesta que sus vecinas. Cinco minutos después, la puerta volvió a abrirse. "Para nada. La propietaria tampoco la conoce y en esta calle no hay ningún argentino -dijo la inquilina-. Esa mujer debe de haber mentido." [b]La hostería[/b] A 13 kilómetros de Jureré, en Ingleses, Milene Machado sí conoce a los Jaime. Ella fue dos años recepcionista del apart hotel Flor do Norte, uno de los inmuebles que Oyarbide sospecha que podría pertenecer al ex funcionario. "Alessandro Quadros Terra, el marido de la argentina Romina [Jaime, hija del ex secretario], fue mi jefe", relató Machado. "Yo trabajaba con el señor Torelly, el primer dueño. Hace unos dos años y medio, tres, él les vendió a los argentinos. Yo al principio seguí trabajando, pero terminé yéndome." -¿Por qué? -Era todo muy extraño; no me gustaba, y siempre atrasaban salarios. Hasta tres meses. -¿Sabe quién era el dueño? -Alessandro. Al menos, se manejaba como propietario. Machado relató que Quadros Terra y su mujer vivían en la Argentina y habían nombrado gerente a un amigo de él, llamado Cristiano, que era oriundo de Capão da Canoa, igual que Quadros Terra. "En septiembre del año pasado cambió el gerente y vino Marcelo, el que está hoy. El es carioca. Me dijo entonces que Alessandro y Romina se habían mudado a Campeche. Yo había tenido muchos problemas y decidí irme". La Nación se contactó con Machado por recomendación de Diego Ribeiro, que atiende una agencia de turismo frente a Flor do Norte. El corroboró la venta. "La compraron hace unos dos años unos argentinos que no viven acá. Parece que tienen mucho dinero", afirmó. En el hotel, la recepcionista, Margó, dijo que era nueva, que no sabía nada y que iba a contactar al gerente, Marcelo, que nunca se comunicó con La Nación. Flor do Norte queda sobre la calle principal de Ingleses y tiene salida a la playa, pero está lejos de ser un hospedaje de lujo. Tiene cuatro pisos, no hay ascensor, y tiene diez departamentos; paredes durazno, luces de bajo consumo y un pequeño lobby con un juego de living, de caña. Fuera de temporada, la noche en un dos ambientes cuesta 60 reales. En el hotel no hay rastros de sus dueños. En la recepción hay un único certificado a la vista: un documento de Prefectura, del 21 de agosto de 2007, a nombre de Flor do Sul LTDA, antigua propietaria. Hoy no es posible averiguar en las oficinas públicas a quién pertenece. Como Flor do Norte, no aparece nada en los registros. Sí se puede saber que su propietario no es Jaime, Reyss ni ningún familiar directo. Al menos, no su propietario formal. Fuente: Paz Rodríguez Niell, diario La Nación.