Lunes 17 de Abril de 2006, 13:46

Aseguran haber fotografiado a Nahuelito

| "Un anónimo vecino dejó las fotos y se fue. No pudimos interrogarlo y no contamos con los elementos para saber si son trucadas o no. Por ello es que las ponemos a la consideración de todos" dice diario El Codillerano de Bariloche en su edición de hoy.


Un hombre se llegó hasta la redacción de El Cordillerano y dejó las fotos. Al verlas sorprendió a todos. Después comenzaron los análisis de distinto tipo por parte de los que las miraban. Algunos azorados y otros incrédulos. Pero sin dudas que en Bariloche, cuando se habla del "Nahuelito", la conmoción es importante. El sábado, un señor se acercó a la recepción del diario, habló con la empleada de administración y le dejó el sobre con las tres fotos y una escueta leyenda que decía: NO ES UN TRONCO DE FORMAS CAPRICHOSAS. NO ES UNA OLA. EL NAHUELITO MOSTRO LA CARA. LAGO NAHUEL HUAPI, SABADO 15 DE ABRIL, 9 HORAS. NO DOY MIS DATOS PARA EVITARME FUTURAS MOLESTIAS. En las imágenes, a corta distancia del lago, se pueden apreciar distintas tomas de lo que parece un animal muy semejante a una serpiente, con el cuerpo semisumergido. Las mismas fueron tomadas con una cámara no digital y son tres las que nos dejó el ignoto individuo. El hombre que trajo las fotos se fue tan rápido y misteriosamente (tal como había llegado), que no nos dio tiempo a preguntarle en qué lugar había sacado las mismas. [b]La Leyenda[/b] Nahuelito es una criatura acuática desconocida que según la creencia popular vive en el lago Nahuel Huapi, en Argentina. Al igual que Nessie, su contraparte escocés, recibe su nombre de la masa de agua que supuestamente habita y su existencia nunca fue confirmada a pesar de las búsquedas sistemáticas realizadas. La leyenda es muy conocida en el país y es una referencia clásica en libros y artículos de criptozoología. [b]Historia[/b] El origen de la leyenda se remonta a relatos indígenas previos a la conquista. Los primeros exploradores obtuvieron de los indios del lugar historias acerca de encuentros ocasionales con enormes monstruos acuáticos. El primer avistamiento registrado data de 1910, aunque George Garret, su protagonista, lo hizo público mucho tiempo después. En 1910 Garret trabajaba en una compañía ubicada cerca del Nahuel Huapi. Un día de ese año, luego de navegar por el lago y a punto de desembarcar, pudo avistar a unos 400 metros de distancia una criatura cuya parte visible medía entre 5 y 7 metros de largo y sobresalía unos dos metros por encima del agua. Al comentar su experiencia con gente del lugar, Garret se entera de historias similares relatadas por los indígenas. Pero el hecho se hace público recién en 1922, cuando lo cuenta al diario Toronto Globe. En esos días se organizaba la primera expedición para buscar a Nahuelito y la controversia estaba en su punto máximo, llegando a la prensa internacional. A partir de 1897, el Dr. Clemente Onelli, director del Zoológico de Buenos Aires, comienza a recibir informes esporádicos acerca de una extraña criatura habitante de los lagos patagónicos. En 1922 recibe el testimonio de Martin Sheffield, un buscador de oro norteamericano, acerca de un rastro de grandes huellas en la orilla del lago Nahuel Huapi. En el centro del mismo Sheffield afirmaba haber visto un enorme animal desconocido. Convencido por el informe de Sheffield, Onelli decide organizar una expedición de búsqueda. La misma fue liderada por el superintendente del Zoológico, José Chiagi, y entre los participantes había reconocidos cazadores armados con rifles para cazar elefantes y dinamita para minar el lago. La gente reaccionó negativamente ante la participación de cazadores, y el Dr. Albarracín, presidente de la Asociación Protectora de Animales, le solicitó al ministro del Interior que revocara la autorización para la búsqueda, ya que las leyes prohibían la caza de animales exóticos. Finalmente se resolvió el tema del permiso y la expedición siguió adelante, pero regresó a Buenos Aires sin resultados positivos. La historia tuvo repercusión internacional, llegando a ser comentada en publicaciones como la revista Scientific American. Más recientemente, en 1960, la Armada Argentina persiguió en el lago un objeto submarino no identificado durante 18 días, sin conseguir identificarlo. El crecimiento como destino turístico de la ciudad de Bariloche, situada a orillas del Nahuel Huapi, aumentó los avistamientos ocasionales, pero nunca se obtuvo un registro gráfico concluyente. [b]Teorías[/b] Se han propuesto diversas teorías para explicar el mito, pero ninguna resiste un análisis serio. Los relatos indígenas difícilmente se pueden citar como argumento, ya que los nativos tenían leyendas sobre la existencia de monstruos acuáticos en prácticamente todos los lagos y ríos de la Patagonia. El antecedente directo de Nahuelito parece ser el mito local del "cuero", monstruo sin cabeza ni patas que supuestamente habitaba en el lago. La hipótesis más popular es la del monstruo prehistórico; Nahuelito sería un sobreviviente de la época de los dinosaurios, probablemente un plesiosaurio. Otros apoyan la teoría de un ictiosaurio, en base a la abundancia de fósiles de este animal encontrados en la región. Sin embargo, los lagos patagónicos se formaron en una época geológica posterior a la extinción de los dinosaurios, lo que refutaría la hipótesis. También se ha sugerido que podría tratarse de un milodón, un mamífero terrestre extinto hace mucho tiempo, que aunque podría coincidir con algunas descripciones, no tenía hábitos acuáticos. Una versión más moderna (y más fantástica) sugiere que Nahuelito sería una extraña mutación de algún animal local producida por los experimentos nucleares realizados en la década de 1950 por científicos alemanes (o más recientemente por el Centro Atómico Bariloche). Tal vez la última teoría en llegar al público sea la que atribuye las apariciones a un pequeño submarino de origen desconocido, la que muchos interpretan como una variación cultural moderna del mito del monstruo acuático. Pero esta última teoría no ha sido jamás demostrada. Es llamativo, sin embargo, que la mayoría (aunque no todos) de los avistamientos describen al Nahuelito de forma parecida: una longitud de aproximadamente 10-15 metros, dos jorobas, piel de cuero y, en ocasiones, un cuello en forma de cisne. Esta caracterización coincide con las descripciones que hicieron los Mapuches unos doscientos años atrás. Esto sugiere que la ciencia, hasta el momento, no ha podido explicar ciertas observaciones, y no que las observaciones no son ciertas porque la ciencia ha fallado en explicarlas.