Viernes 12 de Junio de 2009, 17:05

Avanza la doble investigación sobre Ricardo Jaime

| El Secretario de Transporte tiene dos causas: por sus vuelos en un misterioso jet privado y por aceptar viajes de las empresas que debe controlar.

La pasión por volar le trajo problemas a Ricardo Jaime. El cuestionado Secretario de Transporte enfrenta dos denuncias judiciales, ambas impulsadas por investigaciones periodisticas: una por usar un avión privado, de orígen desconocido, para sus traslados; y la otra por realizar viajes de placer pagados por las mismas empresas que su oficina debería controlar. Entre febrero y mayo de 2009, Jaime voló en un Lear Jet 31A patente N786YA , con capacidad para ocho pasajeros. El avión fue adquirido en 4.083.000 dólares por la firma Pegasus Equity Investment, radicada en Costa Rica. La compra se financio mediante un crédito U$S 3,48 millones de la sociedad Elkrest Investments Limited, con domicilio en las Islas Vírgenes británicas, y el 15% restante se pagó al contado. La aeronave fue adquirida el 24 de diciembre de 2008 por manos desconocidas y llegó al país el 6 de febrero pasado. El funcionario la utilizó en al menos 36 ocasiones: visitó Córdoba -su provincia natal, el aeropuerto de San Fernando, Florianópolis, Montevideo, Porto Alegre y Mar del Plata. Cuando una investigación reveló estos viajes en jet privado, Jaime volvió a volar por Aerolíneas Argentinas y Austral. Ahora la justicia busca determinar quién es el propietario del Lear Jet 31A. El miércoles 10 de junio, funcionarios del juzgado de Claudio Bonadío acudieron al Aeropuerto Internacional de San Fernando, donde la aeronave solía estacionar, para buscar "datos sobre los aviones y los pasajeros: formularios, pagos de cánones, planes de vuelo y listas de pasajeros", conto una fuente judicial al diario La Nación. Bonadío ya posee los registros de vuelos y los listados de pasajeros que subieron al avión del funcionario. Asimismo, el juez federal Norberto Oyarbide recibió una requisitoria del fiscal Carlos Rívolo, con una decena de pedidos de información, el último 29 de mayo. Entre otras cosas, el fiscal quiere saber "a quién perteneció y pertenece actualmente el avión Lear Jet 31A matrícula norteamericana N786YA, remitiendo en su caso la totalidad de la documentación", según el expediente publicado por La Nación. El fiscal Rívolo también busca averiguar quién es la compañía aseguradora del avión y en cómo se tramitaron los permisos de permanencia en el país. Oyarbide, quien se expedirá en los próximos días, deberá responder a otro pedido: citar a declarar a los cinco pilotos que volaron el avión, afirmó el matutino. La Justicia no sólo quiere saber quién es el dueño del avión, sino también quién pagó los gastos que generan los vuelos de Jaime, como el estacionamiento en el hangar, la cuenta de combustible, o los honorarios del piloto estadounidense Rick Valdez, quien condujo el avión de Fort Lauderdale a Buenos Aires el 6 de febrero de 2009. Según la investigación de La Nación, los operadores encargados de la compra ahora buscan que alguien se haga cargo de la del avión desde que Jaime dejó de usarlo. El problema es que quien ponga su firma en el título de propiedad deberá explicar de inmediato ante la Justicia por qué le prestaba la aeronave a un funcionario del Estado. La legislación local prohibe que un avión con matrícula extranjera permanezca en el maís más de 75 días seguidos. Por eso, el Lear Jet 31A descansa en el aeropuerto de Montevideo desde el 22 de junio. Asimismo, la justicia continúa con la investigación iniciada por el ex fiscal Manuel Garrido , por los vuelos que Jaime realizaba, a expensas del empresario de transporte Claudio Cirigliano y de la firma Aeropuertos Argentina 2000. La Secretaría de Transporte tiene a cargo controlar ambas empresas.