| El obispo castrense, Antonio Baseotto, envió a la Santa Sede la renuncia a ese cargo, del que el presidente Néstor Kirchner lo desplazó por decreto dos años atrás, sin el aval del Vaticano.
Baseotto envió la renuncia ya que el miércoles próximo cumplirá 75 años, la edad máxima para ejercer esa prelatura.
A diferencia del resto de los obispos, la designación del titular del obispado castrense por parte del Vaticano debe contar con el aval del Gobierno.
Por ello, el Gobierno nacional debe dar ahora su aprobación para el nuevo vicario militar.
Según trascendió, son mencionados para el cargo los obispos de Chascomús, Carlos Malfa; de Avellaneda, Ruben Frassia, y de Lomas de Zamora y vicepresidente segundo del Episcopado, Agustín Radrizzani.
Según publicó un matutino porteño, cuando El Vaticano acepte la renuncia de Baseotto y designe a su sucesor, la voluntad del Gobierno sería conformar una comisión integrada por funcionarios nacionales y de la Santa Sede para revisar el acuerdo del que surgió la figura del obispado castrense.
La polémica desatada en torno a Baseotto comenzó en febrero de 2005, cuando el obispo envió una carta al ministro de Salud, Ginés González García, en la que se pronunciaba contra el reparto de preservativos y la despenalización del aborto.
Allí, el religioso citó una frase del Evangelio que dice que "los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar".
Kirchner pidió la remoción del prelado, pero El Vaticano lo ratificó.
Como represalia, el Gobierno dejó de depositar el sueldo correspondiente al obispo castrense, que tiene en el organigrama del Estado argentino rango de subsecretario.
Además, Baseotto fue acusado por presunta apología del delito ante la Justicia, que lo sobreseyó en julio de ese año.
Fuente: NA.
