Bergoglio criticó el estilo de diálogo presidencial

“La mansedumbre como virtud cívica va contra esa tentación, que sabemos tener, de crispación, que atenta, como actitud humana, contra la cultura del encuentro”, aseveró el purpurado porteño, al cerrar la X Jornada Arquidiocesana de Pastoral Social. La reflexión de Bergoglio se interpretó como un cuestionamiento al estilo de diálogo presidencial por los dirigentes políticos y sociales presentes en el Colegio San Cayetano, del barrio porteño de Liniers, entre ellos el electo jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. “No me hago cargo de lo que piensa el cardenal, pero yo he dicho siempre que éste es un gobierno intolerante que busca en la confrontación una forma de gobernar”, dijo el referente del PRO. Macri compartió el espacio con el actual jefe de gobierno porteño, Jorge Telerman; legisladores de la Ciudad, sindicalistas, empresarios y dirigentes de distinta extracción política. Un hecho que Bergoglio destacó desde el escenario: “Gracias por ese superlativo ejemplo de civismo de estas primeras filas, porque esto es para el bien de nuestro pueblo”. Tras considerar que en el diálogo institucional es “más fácil restar que sumar”, Bergoglio lamentó que en algunos casos “la apertura al otro esté clausurada por posturas previas, por prejuicios”. “El prejuicio crea un muro que se va consolidando y no un puente, por eso no hay encuentro con el hombre, con la institución a la que prejuzgamos”, sentenció. Bergoglio sostuvo que la patología del desencuentro tiene en su proceso tres pilares: desinformación, difamación y calumnia, y consideró que “aunque parezca el menos grave, la desinformación provoca más desencuentro porque presupone prejuicio”.