Viernes 24 de Agosto de 2007, 12:32

Buscan recuperar la red ferroviaria

| Después de tantos años los trenes no están privatizados sino concesionados, es decir que la infraestructura sigue siendo del Estado y la concesión es un alquiler, pero un alquiler “al revés”, informaron desde Movimiento Nacional de Recuperación del Ferrocarril (MoNaReFa).

Ciento cincuenta años pasaron desde la inauguración el 29 de agosto de 1857 del primer tramo de tren en la Argentina, una red que llegó a tener 47 mil kilómetros de vías y que hoy provoca ansias de reactivación en usuarios y trabajadores unidos en el Movimiento Nacional de Recuperación del Ferrocarril (MoNaReFa). Una fiesta institucional acompañaba el 29 de agosto de 1857 la marcha inaugural del tren desde la Plaza del Parque -actual emplazamiento del Teatro Colón- hacia La Floresta, y cuyo trazado llegaría tiempo después a La Pampa, "presenciada por 60 mil espectadores a lo largo de dos leguas" (equivalentes a diez kilómetros), según informaba la prensa de la época. "Nuestras valiosas producciones rurales y los ricos productos de la industria europea rodarán velozmente por ese lecho metálico (que) es el primer brote de un árbol frondoso destinado a esparcir poco a poco sus ramas y sus frutos por toda la extensión de nuestro país", diría en el acto inaugural el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Valentín Alsina. Con la pompa adecuada a lo que las autoridades definían como "la más extensa y profunda de las revoluciones", un vagón de encomienda y otro de pasajeros conducidos por la locomotora La Porteña transportó a Bartolomé Mitre, Dalmacio Vélez Sársfield y Alsina, entre otras personalidades. La vía salía de Once por la actual avenida Pueyrredón, doblaba por Corrientes, entraba en curva por Enrique Santos Discépolo (ex Rauch) hasta Lavalle, seguía hasta Talcahuano y volvía a entrar en curva hasta la Estación Central, en Tucumán y Cerrito; desde Once, el trazado llegaba a La Floresta, según relata el libro "La primera gran empresa de los argentinos", de Jorge Schvarzer y Teresa Gómez. Ciento cincuenta años después, "los ferrocarriles no están privatizados sino concesionados, es decir que la infraestructura sigue siendo del Estado y la concesión es un alquiler, pero un alquiler al revés", dijo a Télam Juan Carlos Cena, ferroviario desde los 12 años y fundador del movimiento de recuperación MoNaReFa. Cena se formó en los talleres escuela que fundó el gobierno de Juan Domingo Perón a la par que nacionalizaba los trenes; integró la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA) y es autor del libro "Ferrocidio", que alude al genocidio que significó la aniquilación en 1991 del ferrocarril nacional, que dejó 870 pueblos fantasmas. "Las concesiones son un alquiler al revés porque en vez de que el privado pague, hoy el Estado le paga al concesionario un subsidio por gastos operativos, además de darle la infraestructura para que la explote", sostuvo. "El beneficiado por la concesión fue el que pidió el menor monto de subsidio, es decir, todos los amigos de (el ex presidente Carlos) Menem", fundamentó Cena. Para ese entonces, quedaban 85 mil trabajadores de los 220 mil de la época de auge. "No teníamos materiales para reparar y la corrupción había penetrado hasta el nivel de empleado con prebendas como la justificación de ausencias laborales y pagos en negro a través de horas extras truchas, que fueron corrompiendo al movimiento obrero", contó. "Con la misma iconografía con que se habían nacionalizado los ferrocarriles, Menem comenzó el desguace y el `ferrocidio’ que supuso cerrar los ferrocarriles y en el mismo acto expulsar a 85 mil trabajadores", afirmó. Aún falta contabilizar las consecuencias sociales y políticas que afectaron todo el territorio nacional, que vio desguajarse las sociedades del interior, dejó de contar con trenes aguateros y sanitarios, y padeció la saturación del transporte y el aumento de las muertes en ruta. En la actualidad, el panorama es "un trazado reducido a 7 mil kilómetros de vías, talleres saqueados de máquinas, herramientas y repuestos y una debacle general, además de un encarecimiento del flete calculado por la cámara de Cerealeros de Rosario entre un 38 y 48 por ciento" respecto a otras épocas. "Estamos alertando permanentemente que va a haber una catástrofe, que no ocurrió hasta ahora porque los maquinistas saben en qué lugar está mal la vía y aminoran la marcha para tomar precauciones", contó. Cena consideró que "todo lo que se anunció desde el atril, no se cumplió" porque "con el anuncio de la apertura de los los talleres de La Plata se anotaron 5 mil compañeros; en los talleres tucumanos de Tafí Viejo, se inscribieron 5 mil quinientos, pero apenas tomaron a 66 y el recientemente inaugurado tren de la Sierra tiene apenas dos estaciones". "Hace falta un proyecto nacional y el problema es que ahora es un híbrido, y ya no nos colonizan las tropas inglesas o españolas sino las empresas privadas", opinó. "Los ciento cincuenta años nos tienen que hacer reflexionar a los argentinos para luchar por recuperar el ferrocarril", propone Cena. Ese es el "’empecinamiento’ del MoNaReFa -movimiento creado tras la huelga que precedió al anuncio menemista ’ramal que para, ramal que cierra’- para volver a reestatizar el ferrocarril y recuperarlo para nuestro país", apostó. Fuente: Celia Carvajal de la redacción de Télam.