Miércoles 10 de Diciembre de 2008, 08:46

Cavallo fue escrachado en La Sorbona

| El ex ministro de Economía Domingo Cavallo fue increpado ayer con un “cacerolazo” en una universidad francesa por residentes argentinos que lo acusaron de “ladrón” y a quienes tildó, enfurecido, de “izquierdistas”, “mentirosos” y “fascistas”.

Difícil momento fue el que tuvo que atravesar el ex funcionario durante un duro cruce de insultos, gritos y acusaciones con militantes de los derechos humanos, de la asociación “Colectivo Argentino por la Memoria”, que viven en Francia. Todo parecía estar preparado para que Cavallo inicie una conferencia que iba a pronunciar en la Universidad de La Sorbona, en París. Había sido invitado por la Cátedra de las Américas de esa institución, para desarrollar una disertación sobre “La política monetaria en los países emergentes en la era de la globalización”. Cavallo preguntó si debía disertar en inglés o español y tras ello llegaron los primeros sonidos —producidos por las cucharas y cacerolas— que inmediatamente transformaron el rostro del ex ministro. De un momento a otro se escuchó ese sonido similar al que lo obligó a renunciar el 20 de diciembre de 2001 a su cargo de ministro, del entonces presidente Fernando de la Rúa. Según confesó momentos después el autor de la Ley de Convertibilidad y del “corralito”, la sorpresiva manifestación le trajo recuerdos que “hubiera preferido no tenerlos presentes”. El “cacerolazo” comenzó a levantarse desde el fondo del salón universitario y Cavallo permaneció sentado, estupefacto, por varios segundos, hasta que se levantó decidido a contestar la manifestación. Reaccionó molesto, irritado, envuelto en ira, según comentaron a la prensa testigos del hecho, quienes además aseguraron que Cavallo “se puso blanco, después rojo, luego morado y de varios colores”. En ese momento, se desató una literal contienda verbal que terminó 60 minutos después, con la intervención de personal administrativo de la Universidad que evacuó por completo el lugar. Una de las principales acusadores fue Alicia Leichuck, viuda de Pedro Bonet, uno de los 16 miembros de distintas organizaciones armadas peronistas y de izquierda, presos en el penal de Rawson y masacrados en los fusilamientos de Trelew en agosto de 1972. La mujer, con un pañuelo en la cabeza similar al de una madre de Plaza de Mayo, lo acusó a Cavallo de haber estado “al lado” del golpe militar de 1976. Leichuck de Bonet le pidió al ex ministro que “devuelva” el dinero de los argentinos: “Le robaste a todo el país. Pedile disculpa a los que mandaste a lavar los platos cuando decían que las cosas no estaban bien”. Las acusaciones recaían una tras otra vez sobre el ex funcionario que tildó de “izquierdistas”, “mentirosos” y “fascistas” a los caceroleros que lo responsabilizaron por la “destrucción” de la educación e investigación científica en el país y por la crisis económica, política y social de 2001. “¿No te da vergüenza venir a hablar acá, Cavallo? Yo te escuché durante años, sé de lo que sos capaz. Tenés que rendirle cuentas a la Argentina”, le dijo un joven militante mirándolo a la cara desde pocos metros de distancia. “No. No. Estás equivocado. Todos ustedes están equivocados. Izquierdistas. No saben lo que hablan, fascistas”, contestó el ex ministro envuelto en ira, mientras movía enérgicamente sus brazos.