Viernes 21 de Mayo de 2010, 12:28

Cinco siglos igual

| Una multitud de aborígenes de diversas comunidades encabezaron este jueves el acto reivindicatorio de sus derechos ancestrales. Fueron recibidos por la Presidente de la Nación.


El Bicentenario sorprendió a los porteños con la irrupción de la Marcha de los Pueblos Originarios cuya llegada al obelisco y Plaza de Mayo emocionó hasta las lágrimas a los que tuvimos el orgullo de ocuparnos de la cobertura periodística animados mucho más por los lazos de solidaridad y afecto que por la cuestión laboral. Fue un acontecimiento histórico que se dio a propósito en las intenciones de los nativos que marcharon un día antes del comienzo de la actividad oficial por el Bicentenario para trazar una división con esa programación del gobierno nacional y la Jefatura de Gobierno porteño porque los pueblos originarios recalcan que no hay nada que rescatar de los 200 años de la Patria , apenas una línea más directa con la Casa Rosada. Una línea directa que favorece a la incansable líder social de Tupac Amaru que es la jujeña Milagro Sala, pero el resto de las comunidades sigue siendo víctima del despojo y el olvido al que se los relega por la presión de fuertes intereses económicos ligados a la explotación de la tierra, sobre todo los recursos naturales, y la desidia de todos. Este jueves los Pueblos Originarios plantaron su bandera en Plaza de Mayo para reclamar un "diálogo político" que permita la "reparación histórica" de sus derechos ancestrales. Los dirigentes de las distintas tribus nativas exigen la creación de un Estado "plurinacional" que respete la diversidad, las tradiciones, los territorios y las costumbres de más de 30 pueblos existentes antes de la colonización. Cuando hablamos de desidia incluimos a la labor periodística. Todos los medios sabíamos que los Tobas en el Impenetrable chaqueño se morían día a día a manos de las pestes abandonados a su suerte, que es la peor de las suertes cuando existe un Estado provincial y la Nación a los que les importa un bledo ese nivel de miseria y olvido. Pero tuvo que irrumpir la mano solidaria de la cantante Patricia Sosa para que sólo a través de notas, reportajes y entrevistas a ella hiciéramos como que nos avergonzamos para denunciar tanto despojo y abandono que sufre esa comunidad de nativos. Si quien suscribe esta cobertura más de una vez se preguntó de qué se ríe el gobernador chaqueño Jorge Capitanich con el drama social que afecta a sus comprovincianos y la muerte por hambre, miseria y pestes que sacude a los Tobas. Luego del acto realizado frente a la Casa Rosada , los representantes de las comunidades de nativos fueron recibidos por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. En el encuentro estuvieron funcionarios del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y seis miembros de las comunidades de nativos, grupo representativo de unas 30 organizaciones indígenas que estuvo encabezado por Milagro Sala, de la Organización Barrial Tupac Amaru. En la oportunidad, entregaron a la jefa de Estado un documento exigiendo la devolución de sus tierras, la oficialización de las lenguas indígenas en las enseñanzas primaria y secundaria, y una reparación económica para generar políticas de desarrollo con identidad. La multitudinaria marcha, que partió hace ocho días desde tres puntos del país, fue recibida con aplausos y bombas de estruendo en la Plaza de Mayo por diversas organizaciones sociales y de derechos humanos. Los representantes de las comunidades kolla, wichi, toba, mapuche, huarpe y guaraní, entre otros, llegaron poco antes de las 17 a la plaza, después de que las columnas del NOA, NEA y SUR provenientes de la localidad bonaerense de Zárate se unieron en el Obelisco. Los manifestantes lucieron atuendos típicos y exhibieron banderas con los colores que identifican a cada uno de sus pueblos, además de pancartas con las consignas "La tierra robada será recuperada" y "La tierra no se vende, la tierra se defiende", mientras tocaban música nativa con instrumentos autóctonos. Desde el escenario montado a un lado de la Pirámide de Mayo, los pueblos originarios representados en la marcha leyeron un documento en el cual reivindicaron el derecho a la tierra que habitan y pidieron a las autoridades "más diálogo" a fin de poder construir una Argentina "pluricultural", en el marco del Bicentenario. También reclamaron una "refundación" del Estado argentino a partir del "reconocimiento y protagonismo de las naciones en la toma de decisiones respecto de las políticas de desarrollo con identidad". "Creemos que la Argentina tiene una deuda muy grande con nosotros. Nuestra esperanza es que la Presidenta le diga a la sociedad que los pueblos originarios somos parte del país" se cansaron de repetir a coro. También denunciaron "el olvido" y "el genocidio histórico" de esas comunidades originarias, y exigieron la protección del medioambiente y los recursos naturales. En otro párrafo del texto, demandaron la reglamentación de la Ley de Relevamiento Territorial, aprobada hace cuatro años, y solicitaron la eliminación del calendario oficial del feriado del 12 de Octubre, denominado "Día de la Raza ", para promover en su lugar las fechas sagradas de sus pueblos. La Marcha de los Pueblos Originarios, que llevó como consigna "Caminando por la Verdad hacia un Estado Plurinacional", salió el 12 de mayo desde La Quiaca (Jujuy), Resistencia (Chaco), Mendoza y Neuquén. La movilización contó con la adhesión de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Abuelas; H.I.J.O.S Capital y Mar del Plata y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas; y se sumó a los reclamos la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) encabezada por su secretario general, Hugo Yasky, y otras organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos. Según datos oficiales publicados por el diario Página 12, en base a la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, en Argentina hay un piso de 600.329 personas que se reconocen pertenecientes y/o descendientes de pueblos indígenas. Las organizaciones indígenas aseguran que el número es mayor, sobre todo por quienes poco a poco comienzan a asumir su identidad, próximo al 1,5 millón de personas, el 3,9 por ciento de la población total. Los pueblos indígenas están lejos de ser un todo homogéneo. Altamente atomizados, abundan organizaciones que pretenden arrogarse la representatividad de todos los pueblos, pero no existe una organización a nivel nacional ni provincial que tenga ese poder. Lo cual transforma al movimiento indígena en un espacio de muchos referentes, donde radica quizás una debilidad, pero también su mayor fortaleza: no existe gobierno (ni nacional ni provincial) que pueda dominar por completo a toda una etnia indígena. Entre las comunidades indígenas también hay disputas, divisiones y no son ajenas a la cooptación de los políticos de turno. En este contexto, la marcha que este jueves llegó a la Plaza de Mayo no estuvo ajena a polémicas y versiones de divisiones en el seno de históricas organizaciones indígenas. Finalmente, la histórica movilización fue impulsada por la Confederación Mapuche de Neuquén, la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita (UPND de Tucumán), la Coordinadora de Organizaciones Kollas Autónomas (Kollamarka de Salta) y el Consejo de Autoridades Indígenas de Formosa. También tuvo un papel fundamental la organización Túpac Amaru (cuya referente nacional es Milagro Sala), que aportó una logística nunca antes vista en una movilización indígena. Fuente: Pedro Noel Romero, Agencia Nova.