Lunes 28 de Enero de 2008, 10:24

Crece la cría de ganado ovino

| La producción ovina en Argentina y en algunos países de Latinoamérica comienza a ser analizada como una oportunidad de crecimiento agroindustrial, por las ventajas que presenta un animal poco pretensioso en cuestiones alimentarias y de hábitat.

"La estructura productiva de Argentina que nació a principios del siglo XX con 70 millones de cabezas llegó a un piso de 12 millones y medio de cabezas, luego de atravesar la crisis de la década del 90 donde se disolvió su exportación", sostuvo a la agencia Noticias Argentinas Federico Milicevic, responsable del Plan Ovino argentino. Dos años atrás, la cifra trepó a los 15.5 millones de cabezas y se faenaron 4.47 millones, según el Servicio Nacional de Sanidad Animal, SENASA. Para el especialista, el sector siempre estuvo dominado "por falta de políticas acordes, a pesar de los permanentes reclamos patagónicos" y opina que el mercado ovino está sub-aprovechado y que deben realizarse campañas de difusión para fomentar sus ventajas. "Puesta en el peor lote, la oveja busca pasto y come lo peor y vive donde una vaca no puede vivir", analiza al considerar las posibilidades extremas de cría. Los técnicos de la Secretaría de Agricultura y representantes del sector argentino sostienen que primero es necesario ordenar la oferta y la demanda en un mercado interno confuso en el que muchos productores piensan que sólo tiene habilitación la carne ovina patagónica. En Argentina, el consumo de carne ovina por persona no supera los 2 kilos por año, mientras que el aviar se sitúa entre 28 y 29 kg por habitante. A partir de los sugerencias que hicieron llegar los productores al programa nacional de mejoramiento Pro Lana, la actividad comenzó a crecer lentamente, desde 2000. En cuanto a la exportación, existe un sistema de cupos con destino a la Unión Europea, con España como principal país demandante es España. Durante 2006, Argentina exportó 7.667 toneladas (peso producto) de carne ovina, valuadas en 21,62 millones de dólares. Estos valores representaron el 26% del volumen total de productos ovinos exportados (lanas, aceite y grasas, cueros, entre otros) y el 19% del valor de las exportaciones totales, según el SENASA. Según datos de la Dirección de Mercados Ganaderos, a los que tuvo acceso NA, la actividad ovina crece porque ya está emostrado, entre otras ventajas, que su carne tiene menos grasa intramuscular que un muslo de pollo y por eso en otros países, la han promocionado para deportistas. En el resto de Latinoamérica la actividad ovina también aspira al crecimiento fomentada por el deterioro de los suelos, y por el desorden climático que favorece el desarrollo de especies más resistentes. La suba generalizada del precio de las carnes rojas también plantea la opción ovina. En Uruguay, la existencia de cabezas de ganado lanar oscila entre 10 y 11 millones, de acuerdo con datos proporcionados por el Secretariado Uruguayo de la Lana, que destaca el crecimiento observado, a partir de 1996, gracias al éxito del Operativo Cordero Pesado, corte que lidera las exportaciones de carne ovina uruguaya. Según las estadísticas de la FAO (2006), la población ovina en Venezuela es de 525.121 cabezas, aún cuando este tipo de ganadería no tiene en conjunto demasiada importancia dentro del sector agrícola animal. El ganado ovino venezolano se sacrifica como fuente de alimento y proporciona lana para la fabricación de textiles, y desde algunos sectores, se reclama un impulso para ofrecer recursos proteicos a los sectores con problemas de desnutrición. En México se ha incrementó a partir del 2.000 la existencia de cabezas, pero el consumo supera la producción, por lo tanto, también desde el gobierno, con el área "Cordero Supremo" se fomenta su cría. En Chile, la población ovina en Chile asciende a 3.965.062 cabezas, distribuidas entre la zona central y la zona austral del país, con destino a la producción de lana, carne y leche, según pudo saber NA. "Pero aún no existe el número suficiente de animales especializados, ni la diversidad genética adecuada a los nichos agroecológicos, lo que genera baja homogeneidad y, por ende, bajo rendimiento y calidad de productos", explica el médico veterinario Jorge Correa Soto, del Instituto de Reproducción Animal de la Universidad Austral de Chile. Mientras que Brasil desarrolla a gran escala la crianza tanto de ganado ovino como caprino, y entre ambos suman 30 millones de cabezas. Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Río Negro de Argentina recuerdan que los "países que lideran la producción de carne ovina como Nueva Zelanda, Australia y Reino Unido utilizan distintos tipos de cruzamientos que les permiten incrementos significativos en la producción". Las razas que persisten en la Patagonia son la tradicional Merino y Corriedale, con entrecruzamiento de ambas, y hacia el Norte del país, la Lincoln cede paso a otras variedades. En Argentina, la Ley Nacional 25422 de recuperación de la ganadería nacional, conocida como Ley Ovina, promete una herramienta financiera para apoyar a los productores, con posibilidad de diseñar proyectos y de obtener créditos a tasas cero de retorno, a través de las unidades provinciales ejecutoras. Fuente: NA.