Lunes 29 de Octubre de 2012, 12:13

Día Mundial del ACV

| Para la toma de conciencia se conmemora cada 29 de octubre el Día Mundial del ACV -Accidente Cerebro Vascular-, una de las enfermedades crónicas no transmisibles que constituye la principal causa de morbi-mortalidad en el mundo. Cada año, casi 18 millones de personas pierden la vida a causa de este mal, ya sea por accidentes cerebrovasculares o infartos de miocardio.

Según las estadísticas, en Argentina se registra un ACV cada cuatro minutos. Todos debemos tomar conciencia para disminuir los factores de riesgo. Tenemos que adoptar hábitos y conductas destinadas a cuidar y prevenir, ya que la prevención es la clave que reduce los riesgos. [b]¿Qué es un ACV?[/b] Consiste en la pérdida de funciones cerebrales, consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo del cerebro. Los síntomas varían según el área afectada. Poder reconocerlos es vital para actuar con celeridad y reducir el daño. Es importante saber que uno de cada cuatro pacientes que llegan a la guardia con un infarto en el cerebro tuvo señales de alerta en los días anteriores. [b]Disminución de riesgos[/b] Para disminuir los riesgos, son necesarios controles médicos regulares, control de la presión arterial (los valores deben ser menores de 135/85 mmHg, y en personas que hayan sufrido un ataque cerebral o son diabéticos, los valores máximos tolerados son 120/80 mmHg). También debe optimizarse la dieta con menos grasas, sal, alcohol, y evitar el exceso de calorías en general. No fumar, realizar ejercicio bajo supervisión médica, controlar la diabetes, controlar y tratar las enfermedades del corazón son conductas fundamentales para atenuar el riesgo de padecer un ACV. El rápido reconocimiento de los síntomas del ataque cerebral o accidente cerebrovascular es un factor determinante sobre las posibilidades de tratamiento, tanto para el isquémico -producido por la súbita oclusión de una arteria cerebral-, como para el hemorrágico -ocasionado por la ruptura de una arteria del cerebro. El ataque cerebral isquémico puede ser tratado, en algunos casos, con drogas trombolíticas que diluyen el coágulo que ha tapado la arteria, siempre y cuando sean administradas en las primeras horas de ocurrido el ataque. Asimismo, el hemorrágico puede ser tratado con diversas medidas cuyos resultados serán mejores cuanto antes se inicie el tratamiento. [b]Señales de alarma[/b] Los síntomas que pueden anunciar un ACV son el entumecimiento, debilidad o parálisis repentina de una parte del cuerpo; confusión, dificultades para hablar o comprender, no ver con uno o ambos ojos; al caminar sentir vértigo, pérdida del equilibrio o de la coordinación; tener fuertes y repentinos dolores de cabeza. La posibilidad de sufrir un ACV aumenta de acuerdo a factores como presión arterial aumentada, tabaquismo, enfermedades cardiológicas, diabetes o haber tenido un ACV. Si bien los efectos de un ataque cerebral son a menudo permanentes (las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar) su tratamiento inmediato puede salvar la vida y reducir la discapacidad. Aunque las señales de alerta hayan desaparecido, es fundamental recurrir al médico y actuar con rapidez ya que la pérdida de tiempo en el diagnóstico y tratamiento se traduce en pérdida de cerebro: el tiempo perdido es cerebro perdido. [b]Cómo reconocer un ataque cerebral [/b] Frente a un presunto caso de ACV puede pedírsele a la persona que sonría. Si la mueca es más acentuada de un lado que del otro, quizás se trate de un ACV. También se recomienda solicitarle que levante ambos brazos con las palmas apuntando hacia el techo. Si alguno de los dos brazos cae o la palma gira hacia adentro, es posible que se trate de un ACV. En el caso donde se crea que estamos ante un ataque cerebral, es esencial es llamar a un servicio de emergencias. Si la demora de la ambulancia es de más de 30 minutos, es preferible acercarse a un centro médico en auto o en taxi. Fuente: ANDigital.