Domingo 16 de Diciembre de 2007, 12:56

Declaró la familia de Febres

| La indagatoria giró en torno a la última cena que los acusados tuvieron con Febres la noche anterior a su muerte, ocurrida en las dependencias de Prefectura.

En medio de una estricta reserva, la esposa y los dos hijos del represor Héctor Febres continuaban anoche declarando en los Tribunales Federales de San Isidro, ante la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, en el marco de la causa que investiga la muerte por envenenamiento del ex prefecto. La viuda de Febres, Stella Maris, la hija del ex efectivo, Sonia, y el otro hijo, Héctor Ariel, fueron trasladados en horas del mediodía hasta San Isidro. No obstante, el inicio de la declaración se retrasó por varias horas y recién comenzó pasadas las 19:30. ,Además, estaba previsto que los dos prefectos que fueron detenidos también declararan por la misma causa. La querella sospecha que durante esa comida se le podría haber suministrado al prefecto el cianuro que posteriormente se encontró en su sangre, merced a la autopsia. La cena que se le permitió a los familiares de Febres no está contemplada en el régimen ordinario de visitas, por lo que significaría una falta grave con posibles consecuencias penales. En el caso de que esta hipótesis fuera cierta, la duda pasa por si los familiares participaron de un posible suicidio o directamente se trató de un homicidio. Febres apareció muerto el pasado lunes por la ingesta de cianuro dentro de su celda, cuatro días antes de que se conociera el primer fallo en su contra por torturas y privación ilegal de la libertad. El ex prefecto tenía 66 años y era diabético pero no padecía ninguna enfermedad que hiciera suponer que su vida corría peligro, por lo que los abogados querellantes de la causa ESMA desde un principio sospecharon que la muerte del imputado haya sido ocasionada por motivos “naturales”.