Jueves 11 de Diciembre de 2008, 09:53

Diputados aprobó el blanqueo de capitales

| El diputado, ex macrista y ahora aliado kirchnerista, dio quórum al oficialismo. La medida forma parte del paquete anticrisis que obtuvo media sanción y pasó a Senadores.

Un inédito y polémico mecanismo para facilitar la repatriación de capitales, junto a una amplia moratoria impositiva y el blanqueo del empleo informal fue aprobado anoche en Diputados por 131 votos a favor y 75 en contra, luego de más de diez horas de debate. Desde hoy, el proyecto será tratado en el Senado, que intentará apurar su sanción. Por deserciones propias y de algunos aliados, al oficialismo se le hizo complicado reunir los 129 diputados requeridos para iniciar el debate. Pero a último momento apareció Eduardo Lorenzo "Borocotó", famoso por sus volteretas políticas, y facilitó el quórum, cuando las autoridades del bloque K transpiraban la camiseta. Toda la bandeja kirchnerista lo aplaudió. El apodo de Borocotó quedó identificado con el oportunismo cuando saltó al oficialismo cinco días después de haber sido electo por el macrismo. Ayer justificó su respaldo al proyecto del Gobierno diciendo que "es un asco perdonar a los evasores, pero a veces hay que cortar una pierna para salvar al enfermo". Después extendió las explicaciones de sus cambios a otros momentos históricos. "Soy culpable por seguir la idea que provocó la crisis del 2001, así como seguí la contraria hasta que entraron los tanques soviéticos a Hungría", dijo en una sorpresiva confesión de su paso juvenil por el comunismo. La decena de bajas que soportó el kirchnerismo incluyó a la bonaerense Graciela Camaño -esposa de Luis Barrionuevo- y los tres santafesinos que acaudilla el ex gobernador Jorge Obeid. También le dieron la espalda antiguos incondicionales como Vilma Ibarra y a Miguel Bonasso. En compensación, a los 108 kirchneristas se le sumaron 21 aliados: unos son socios habituales (radicales K, el socialista Ariel Basteiro y el Movimiento Popular Neuquino) y otros saltaron desde la vereda opositora, los aristas fueguinos Leonardo Gorbacz y Nélida Belous (motivó pedidos para que se los expulse del ARI), el ex juecista Francisco Delich, además de Paola Spátola, quien rompió con el grupo de peronistas disidentes. Con discursos inflamados, opositores de todas las tendencias coincidieron en atribuir al proyecto de repatriación el riesgo de abrir las puertas al lavado de dinero ilícito. Sobre la moratoria, la radical Silvana Giúdici y Fernando Iglesias, de la Coalición Cívica, detectaron una contradicción: "El ex presidente Kirchner había prometido el traje a rayas para los evasores", dijeron. Con todo, la negativa a facilitar el quórum casi los deja fuera del debate y al borde de protagonizar un escándalo. Fue porque antes de que accedieran a entrar, el oficialismo se apuró en votar el cierre de la lista de oradores. Después de un tira y afloje de media hora sobre la legitimidad de ambos recursos parlamentarios (negar quórum, clausurar el debate) todo volvió a la normalidad. La tensión retornó seis horas más tarde, cuando el radical Pedro Azcoiti acusó al Gobierno de impulsar la ley "para declarar una autoamnistía". El kirchnerista Luis Cigogna se quejó a viva voz. "No somos los que sobornamos senadores con la Banelco", le pasó como factura. Antes, el macrista Esteban Bullrich había alimentado la polémica al recordar que de aprobarse el proyecto quedaría cancelada la investigación del caso Skanska, donde están sospechados de manejos turbios sectores privados y estatales. Fuente: Clarín on Line.