ESTA SEMANA | La Cámara de Diputados se apresta a votar el próximo miércoles un proyecto de ley de biocombustibles, que propicia la producción de diésel y alcohol a partir de vegetales mezclados con gasoil y nafta, para reducir la contaminación y sustituir recursos no renovables.
De esa manera, el Congreso dará un paso sustancial para sancionar una ley considerada estratégica para el Poder Ejecutivo, que buscará nuevamente promover el desarrollo de esa actividad en las pequeñas y medianas empresas.
De acuerdo con la iniciativa se entiende por biocombustibles al bioetanol, biodiésel y biogás que se produzcan a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos y que cumplan los requisitos de calidad que establezca la autoridad de aplicación.
El biodiésel se obtiene de aceites que la Argentina tiene gran aptitud para producir, como los de soja y maíz, y de cualquier otra oleaginosa (tártago, canola, palma, colza), lo que abre nuevas posibilidades para zonas de escasas alternativas productivas.
De todos modos, el Senado aún debe expedirse, ya que Diputados introducirá sustanciales cambios al proyecto votado en la cámara alta, aunque se estima que el oficialismo avalará la reforma, teniendo en cuenta que su texto fue consensuado con los funcionarios de las secretarías de Energía y de Hacienda.
La discusión del proyecto quedó habilitada el miércoles pasado, cuando se aprobó en el recinto de sesiones una preferencia para debatir esta semana la iniciativa, aunque previamente deberá firmar el despacho un plenario de seis comisiones del cuerpo.
De hecho, el oficialismo aceptó la semana pasada demorar por siete días la firma del despacho a cambio de que los partidos de la oposición otorguen los dos tercios para aprobar la preferencia, lo que sucedió en la última sesión, previo al debate y la sanción de la ley de los deudores hipotecarios.
Ahora, el plenario de las comisiones de Energía, Agricultura, Ganadería, Presupuesto y Hacienda, Ciencia y Tecnología, Defensa del Consumidor, e Industria, que será conducido por la fueguina kirchnerista Rosana Bertone, deberá emitir el miércoles a la mañana el texto defintivo del despacho que se discutirá esa tarde.
Los puntos centrales que se debatirán en ese encuentro es si la autoridad de aplicación sólo quedará concentrada en el Poder Ejecutivo Nacional o se integrarán los gobiernos provinciales, como reclama la UCR, y si se incorporán algunos puntos eliminados del proyecto votado por el Senado, como la estabilidad fiscal.
El radical Cristian Zimmermann adelantó que la UCR insistirá en pedir que se mantenga la estabilidad fiscal por 15 años y que tengan "una activa participación los gobiernos provinciales y el representante del Consejo Federal Agropecuario" en la instrumentación de la ley.
Desde el oficialismo, el mendocino Alfredo Fernández y el jujeño Carlos Snopek procurarán mantener el texto consensuado por el Gobierno y sólo aceptarán modificar la redacción del artículo 14, que se refiere al cupo fiscal, como propuso el santafesino y especialista presupuestario Oscar Lamberto.
Lo concreto es que los diputados kirchneristas están proponiendo un despacho que modifique sustancialmente el proyecto sancionado por el Senado, ya que ahora busca fomentar a las pymes y establecer un nuevo sistema de beneficios impositivos en el que no figura la estabilidad fiscal.
El proyecto de dictamen del oficialismo postula la amortización a cuenta del Impuesto a las Ganancias y la devolución anticipada del IVA en las inversiones destinadas a producir biodiésel o bioetanol (alconafta), y propone que no integren la base de imposición de Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
También exime del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural, la Tasa Hídrica y el Impuesto al Gasoil sobre la parte de biocombustible que vaya mezclada con combustibles derivados del petróleo, que debe ser de al menos cinco por ciento.
Además la iniciativa apunta a fomentar a las pymes y a las economías regionales a través de un cupo fiscal.
Para la alconafta o bioetanol, del que Brasil es primer productor y consumidor mundial seguido por Alemania y otros países europeos, se utiliza principalmente la caña de azúcar, aunque también sirven otros cultivos y hasta desechos agrícolas como bagazo o rastrojos.
En la Argentina la firma Oil Fox, que produce biodiésel a partir de la soja, firmó el mes pasado el primer contrato de exportación del producto a Alemania y recibió pedidos de cotización de Ucrania y Eslovaquia.
