Miércoles 31 de Diciembre de 2008, 10:10

Echegaray se hizo cargo de la AFIP

| Los lineamientos que la presidente Cristina Kirchner le dio al funcionario que asumió ayer, sin ceremonia, en lugar de Claudio Moroni, fueron que pusiera el ojo en la informalidad del agro, que la Casa Rosada considera alta.

El campo será uno de los primeros sectores en los que fijará su atención el nuevo director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray. Los lineamientos que la presidenta Cristina Kirchner le dio al funcionario que asumió ayer, sin ceremonia, en lugar de Claudio Moroni, fueron que pusiera el ojo en la informalidad del agro, que la Casa Rosada considera alta. "La informalidad en el campo a partir de ahora se termina", fue la frase que se escuchó ayer en uno de los principales despachos en los que se decidirá la política tributaria a partir del recambio de nombres, según supo el diario La Nación de altas fuentes oficiales. En el Gobierno intentan suavizar el sentido de la embestida, que coincide con una nueva escalada de tensión entre la Casa Rosada y los productores rurales. "Si hay un alto porcentaje de informalidad en el campo, que lo hay, se aplicarán los controles correspondientes", advirtió un importante funcionario. La primera directiva que dio Echegaray fue, según sus voceros, recaudar dentro del marco de la ley y las reglamentaciones vigentes. Pero su posición respecto del sector agropecuario no pasa inadvertida: fue el brazo ejecutor de las duras restricciones administrativas para la exportación tanto de granos como de carne que estableció el Gobierno. El nuevo recaudador mantendrá un pie en la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), el organismo que condujo desde mayo y que debió dejar para asumir en la AFIP en lugar de Moroni, un hombre cercano al ex jefe de Gabinete Alberto Fernández. Allí quedó el que era el segundo de Echegaray, Emilio Eyras, un fiel colaborador que continuará con las políticas de limitar la habilitación de exportaciones y la entrega de subsidios y compensaciones para el sector agropecuario. Lo mismo sucedió cuando dejó la Dirección General de Aduanas. Logró nombrar en su lugar a la que era su mano derecha, Silvina Tirabassi. La idea en el Gobierno es que Echegaray acapare así el área de control comercial y tributario, a las órdenes del matrimonio Kirchner. La pareja presidencial evaluó, según contaron tres fuentes del Gobierno a LA NACION, que la caída del comercio exterior por la crisis internacional afectará gravemente la recaudación y temen por los efectos que tendrá en el desempeño económico del año que empieza. Nada menos que un año electoral. "Se abre una situación muy compleja", se escuchó decir a Echegaray apenas pisó su nuevo despacho. "Soy un duro pero con procedimientos y una base técnica. Pero no soy como Guillermo Moreno", se escuda el funcionario, uno de los más temidos por los dirigentes del campo, según les dijo a sus allegados. Los Kirchner creen que con un panorama de deflación y la caída en los precios de las materias primas, la caja de la recaudación comenzará a achicarse. En los círculos kirchneristas, tanto los más radicales como los moderados, consideran que la llegada de Echegaray implicará la aplicación de fuertes controles impositivos en momentos de caída de la recaudación. La estragegia "Ni [Santiago] Montoya ni la pasividad anterior", comenzó a repetir el nuevo director de la AFIP a sus íntimos, en referencia a la estrategia que pondrá en marcha a partir de su gestión. Traducido: habrá poco marketing, tal como aplica el mediático recaudador bonaerense, y una mano dura hacia los contribuyentes. "La orden es ampliar la recaudación sí o sí", ampliaron las fuentes, aunque todavía no hay medidas concretas. Ayer volvió a instalarse la idea de rebajar el IVA, entre uno o dos puntos, para los productos de primera necesidad, un proyecto que no tenía aún el visto bueno de Néstor Kirchner. Pero ningún funcionario informó sobre próximos anuncios, más allá de los lineamientos generales del ente recaudador. La otra prioridad que planteó la Presidenta en el diálogo que tuvo con Echegaray anteayer, cuando le anunció que asumiría en lugar de Moroni, fue privilegiar la industria nacional con una política de fuerte control del ingreso ilegal de productos extranjeros. Es, de todas maneras, una obviedad el control sobre la ilegalidad de la entrada de ciertas mercaderías provenientes, por ejemplo, de China. "Vamos a establecer un duro vallado", planteó el nuevo recaudador, que ayer evitó todo contacto con los medios. A su lado respondieron que Echegaray se tomará estos primeros 15 días de gestión para terminar de reglamentar la ley de blanqueo de capitales y la moratoria fiscal que sancionó el Congreso. De todas maneras, gran parte del trabajo ya lo había hecho Moroni por pedido del Gobierno. Si bien su salida estaba siendo analizada por el matrimonio presidencial, la decisión se demoró hasta anteayer para evitar que su alejamiento quedara emparentado con el tratamiento del polémico paquete fiscal que envió el Poder Ejecutivo al Parlamento. Ayer finalmente quedó desterrada la posibilidad de que Moroni se hubiera ido del cargo por "problemas personales", tal como debió argumentar en su renuncia. Fuentes cercanas a él ratificaron que después de la reunión que mantuvo el ahora ex funcionario con Carlos Zannini, secretario legal y técnico de la Presidencia, se le anunció que ya no formaría parte del equipo de Gobierno. Luego tuvo un diálogo directo con la Presidenta, cuyo contenido no trascendió. Pero, según las fuentes consultadas, Moroni esperaba que se lo ratificara en el cargo para el que había sido nombrado en mayo, justamente después de que Cristina Kirchner decidió terminar con la pelea que tenía el entonces recaudador, Alberto Abad, y el jefe de la Aduana, nada menos que Echegaray. Fuente: diario La Nación.