Viernes 7 de Agosto de 2009, 11:05

El gobierno evitó confrontar con la Iglesia

| El gobierno intentó ayer poner paños fríos frente al documento del Vaticano, en el que pidió colaborar en la colecta anual de la iglesia argentina para evitar la "escandalosa pobreza" en el país.

El jefe de gabinete, Aníbal Fernández, dijo que la Casa Rosada coincidía con la carta de Benedicto XVI y reclamó a los medios: "le están queriendo hacer decir al Santo Padre lo que no dijo", en un intento del funcionario de evitar la confrontación con la iglesia por pedido de Cristina Fernández. De manera intempestiva, el jefe de los ministros pidió hacer una conferencia de prensa apenas una hora después que se conociera el llamamiento del Papa y tras un pedido de la presidenta. "Un solo pobre es un escándalo en nuestro país", sostuvo el funcionario, ofuscado por el trato que le había dado la prensa a las palabras de Benedicto XVI. "No tiene nada de novedoso, tiene mucho de cristiano, y no tiene absolutamente nada que ver con las expresiones que se están vertiendo en algunos medios", cuestionó Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete calificó como "estupendo" que el Vaticano hiciera esas declaraciones y sacó a relucir otros documentos del Papa hacia otros países, como Alemania, aunque nunca nombró que en esas otras declaraciones Benedicto XVI hubiera utilizado el término escandaloso. Las cifras de pobreza, sobre todo en boca de la iglesia, es un tema que provoca extrema sensibilidad en la Casa Rosada. Por eso Cristina Kirchner se reunió con el jefe de Gabinete y le ordenó que saliera a dar su versión sobre el documento papal. De todas maneras, el funcionario no quiso contestar respecto de la divergencia que existe entre los números que presentó el titular de la comisión episcopal de Pastoral Social, el obispo Jorge Casaretto, y los que difunde el Gobierno, muy disímiles entre sí. Mientras la Iglesia argentina habló de un 40% de pobres, la Casa Rosada sostiene que el índice es del 15 por ciento. "No se pueden manejar o trabajar de una manera tan torpe o de una forma tan baja, sin sensibilidad", adoctrinó el ministro a la prensa. Ayer no pasaba inadvertido en los pasillos de la Casa Rosada el momento en el que se conoció la postura del Vaticano. Fue justo un día antes de que el cardenal Jorge Bergoglio, jefe máximo de la Iglesia argentina, dé su homilía hoy en la misa por San Cayetano. Sobre todo, porque las palabras del Papa fueron idénticas a la que pronunció Bergoglio en marzo pasado, cuando se reunió con Benedicto XVI. De todas maneras, el jefe de Gabinete le envió un guiño al presidente del Episcopado. Contó que hace dos años, con motivo de la presentación de un libro, el propio Bergoglio había pedido que "las expresiones que vertía la Iglesia había que leerlas todas como documento y no sacar conclusiones de a pedacitos", según las palabras de Aníbal Fernández. El malestar en la Casa Rosada era ayer palpable por la aparición de la palabra "escandalosa", pero prefirieron cargar sus críticas a los medios. "Manipular las palabras del Santo Padre para hacerle decir lo que el medio de comunicación quiere es una falta total de calidad informativa, desde el punto de vista específicamente de la información; pero desde el punto de vista humano es peor todavía, es de pésima calidad, casi berreta", cuestionó. "Nos sumamos a las palabras del Santo Padre, ¿cómo no va a ser un escándalo la pobreza?", agregó Aníbal Fernández. Fue en ese momento cuando sacó a relucir documentos del Vaticano en los que le pedía a la ONU que luchara contra la pobreza. "Contundente la expresión del Santo Padre", lo calificó el ministro, y agregó que también el Papa le había mandado una carta a la canciller de Alemania, Angela Merkel. Fuente: La Nación.