Domingo 17 de Diciembre de 2006, 14:30

El Gobierno les solicita a los municipios que ahorren electricidad

| El Presidente recibiría informes diarios sobre la situación energética. Este año, la venta de equipos de aire superará en 340% a la de 2003.La conclusión expresa la creciente inquietud por el abastecimiento de energía.

Que la preocupación existe y es seria, aun cuando se la mantenga intramuros, lo revelaría un comentario que circula en ambientes cercanos a la Casa Rosada. Señala que desde hace un tiempo, por pedido suyo, el Presidente recibe partes diarios sobre la situación del sistema energético, con datos sobre oferta, demanda, distribución y hasta riesgos de cortes de luz. Los mismos reportes le llegarían a la senadora Cristina de Kirchner. Y un rasgo también notable, según el trascendido, es que la fuente de la información no sería sólo el Ministerio de Planificación. Si así de verdad fuese, el colofón es que ambos no confiarían plenamente en el panorama que les viene desde el área de Julio De Vido. No hace falta escarbar demasiado, entonces, para entrever cómo le han caído al Presidente los cortes de luz que en estos días tuvieron lugar en varios barrios de la Capital y el conurbano bonaerense. Más si, al contrario de lo que se pretendía, esta vez el problema resultó inocultable: la consigna oficial fue, siempre, "si hay dificultades, que no se noten". Y el que "no se noten" remite a los lugares donde los aprietos pueden quedar registrados en los diarios porteños. Lo cierto, sin embargo, es que el sistema está sometido permanentemente al peligro de un sofocón. Los cortes de estos días se originaron en la transmisión: en líneas de baja tensión que llevan la energía a las casas y en otras de media tensión, las llamadas cámaras subterráneas. Para estos casos, el argumento usual fue que los cables no resistieron la combinación de picos de calor y consumo récord. Lo que faltó decir es que colapsaron por ausencia de inversiones suficientes en el cambio de las redes de transmisión. Y lo que surge, por añadidura, es que los riesgos de cortes pueden ser mayores entrado el verano, cuando las temperaturas sean más altas y más prolongadas que las recientes y el consumo se comporte en consecuencia. Con menos cuidado por ventilar en público sus verdaderas preocupaciones, el interventor en la Empresa Provincial de Energía de Santa Fe acaba de admitir: "A medida que crezca el calor la situación de cortes se agravará". Y de pedirle a la gente que extreme el ahorro de electricidad. En una línea similar, las autoridades de Córdoba arman, con la cámara de comerciantes de electrodomésticos, un prospecto para inducir a los usuarios al autocontrol y al uso racional de la electricidad. Está visto que las apelaciones al autocontrol y la necesidad de crear conciencia sobre las dificultades todavía no han llegado, de boca oficial, a Buenos Aires. Pero puede que el problema ya haya comenzado a perforar la consigna del "que no se note", pariente directa de otra: la de evitar a todo trance cualquier costo político. Por de pronto, estos días hubo cortes visibles. Y, soterradamente, un pedido a grandes empresas consumidoras de que restrinjan la demanda: la movida oficial dejó la enorme sospecha de que, además de limitada, la oferta energética disponible es inferior a la que se decía. Con los calores empezarán a tallar a pleno los equipos de aire acondicionado. Y como nunca antes: según estimaciones de la consultora abeceb.com, este año se venderá cerca de un millón de aparatos, 340% más que en 2003. La cuestión será, ahora, pasar el verano. Y luego, el invierno previo a las elecciones.