Martes 30 de Octubre de 2007, 15:57

El Gobierno prevé un nuevo aumento de las retenciones

| Las retenciones vigentes (en soja, 27,5% para el poroto y 24% para aceite y harina, y 20% para el trigo y el maíz) aumentarían entre el 5 y el 10%. Si la suba es del 10%, el poroto de soja pasaría a tributar cerca del 40%.

"Efectivamente, el aumento de las retenciones está en estudio y a partir de esta semana, en algún momento va a haber novedades. La magnitud del incremento y el momento en que se haga el anuncio serán decisiones del Presidente", dijo a diario La Nación una fuente oficial. Así, cuando acaba de empezar la siembra de granos gruesos, se confirma un rumor que circula hace semanas: que el aumento de los derechos de exportación de granos y sus subproductos será una de las medidas que instrumentará el gobierno de Néstor Kirchner tras la contienda electoral, para allanarle el camino a la futura administración de su esposa, Cristina Fernández. Con ésta y otras medidas, el Gobierno buscará apuntalar la recaudación para reforzar las cuentas públicas y allanar el terreno para facilitar los primeros meses de gestión de la presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner, afectadas por el fuerte aumento del gasto de este año. Además, trataría de evitar que los precios internos de los alimentos sean traccionados a la suba por el crecimiento imparable de los valores de los commodities agrícolas. Según el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural, con los porcentajes actualmente vigentes, y sólo considerando los granos y algunos subproductos, el fisco ya se aseguró un ingreso de US$ 4150 millones en concepto de retenciones por la cosecha 2006/2007. Esa cifra es un 71% mayor que lo percibido por igual concepto en la campaña anterior. Las retenciones vigentes (en soja, 27,5% para el poroto y 24% para aceite y harina, y 20% para el trigo y el maíz) aumentarían entre el 5 y el 10%. Si la suba es del 10%, el poroto de soja pasaría a tributar cerca del 40%, un porcentaje similar al registrado para todas las producciones en la gestión de Raúl Alfonsín. Según un especialista del ruralismo, con un aumento de 10 puntos, sólo por poroto de soja, el Gobierno se aseguraría US$ 700 millones de recaudación adicionales. Y eso si los precios y las condiciones del mercado internacional continúan como hasta ahora. En realidad, la expectativa es que los precios y la demanda internacionales sigan con tendencia alcista. En los mercados granarios argentinos, el precio de la oleaginosa aumentó 43% y el del trigo lo hizo un 41% desde octubre de 2006. En las principales plazas internacionales esas subas fueron mucho mayores: un 62,9% para la soja y un 59% para el cereal. De confirmarse el anuncio, sería el segundo aumento de este impuesto en menos de diez meses. En enero pasado, para financiar un esquema de subsidios cruzados de la exportación a la producción para frenar la suba de los alimentos, el Gobierno aumentó el 4% las retenciones a la soja (con esa recaudación se creó un fondo de más de $ 1500 millones). En agosto pasado, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya había amenazado con una fuerte suba en los derechos de exportación del trigo, un cereal políticamente sensible por su incidencia -más simbólica que determinante, según el ruralismo- en el precio del pan. Más recientemente, en conversaciones informales con dirigentes del campo, el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, había dejado trascender que la soja podría soportar un 10% adicional de retenciones. Y en el proyecto de ley de presupuesto presentado por el Gobierno en el Congreso estaba previsto una mejora del ingreso por retenciones, aunque no se aclara si es por el aumento de los precios, por mayor productividad o por la suba de los impuestos. En el Palacio de Hacienda -donde no dieron detalles de las medidas en estudio- se estarían barajando varias posibilidades, entre ellas, un trabajo de economistas independientes, que recomienda una suba de todas las retenciones al 35%. Las fuentes consultadas por LA NACION en el sector agropecuario dan por descontado el aumento y lo atribuyen a un afán netamente recaudatorio. "En el caso de la soja, el sector agropecuario se vería perjudicado en 115 millones de dólares por cada punto de aumento. Pero está claro: el superávit fiscal tiende a cero y de algún lado hay que manotear", dijo un dirigente ruralista. "Al Gobierno le cierra: aumento de las retenciones y del dólar, licuación de pasivos del Estado, pone contento a los industriales y le pega al sector agropecuario que, como tiene precios altos, no lo afecta tanto", dijo otra fuente del sector. "Es totalmente ilógico que le quiten competitividad al sector que más produce. A lo mejor es un poco de bronca porque el país productivo les votó en contra: en Córdoba y Santa Fe, donde tenemos el 60% de la producción, el Gobierno sacó un promedio del 30% de los votos", afirmó Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), entidad que agrupa a más de 300 sociedades rurales de todo el país. Para el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, "de confirmarse la medida, es una muy mala noticia principalmente para los productores pequeños y medianos porque es a los que más afecta". "Cuando un impuesto no es progresivo, es decir que cargue más sobre quien tiene más capacidad contributiva, se transforma en una profunda inequidad. Más en un momento en el que hay buenas condiciones para reinvertir o consolidar un nivel de reservas para cuando venga una época de vacas flacas." Según datos de IES Consultores, en los primeros ocho meses del año, las exportaciones agrícolas sumaron US$ 11.829 millones, US$ 3034 millones más que en igual período de 2006. En el caso de las oleaginosas, el principal destino sigue siendo China, que compró el 73,2% de los porotos exportados. En el caso de los aceites -soja y girasol, principalmente- la demanda también fue liderada por el gigante asiático, con el 29,8% del volumen, seguido por la India, que absorbió el 19,3 por ciento. Fuentes: José Crettaz -diario La Nación- y Campo en Acción.