Jueves 6 de Marzo de 2008, 09:57

EL PROYECTO TREN BALA ANDA MARCHA ATRÁS

| Muchos lo comparan con el anuncio estratosférico de Carlos Menem, que proponía llegar a Japón en una hora. El tren bala que uniría Buenos Aires con Rosario y Córdoba es un proyecto que reapareció en el discurso presidencial del sábado, pero que parece difícil que pueda salir del freezer político en breve.

Es que el proyecto, adjudicado en enero a la empresa francesa Alston, tiene varias trabas: En primer lugar, parece que el ministro de Economía Martín Lousteau se muestra reticente -al igual que lo que sucedía con su antecesor, Miguel Peirano- a ponerle el gancho al proyecto por la garantía fabulosa que debe aportar el Estado: el banco francés Société Générale -que financia la obra- exige la garantía de repago del crédito con un bono del Tesoro Nacional por US$ 4.000 millones de dólares. Pero ése no es el único ni el más importante escollo del tren. El asunto tiene que pasar por el Congreso, y allí la tropa propia de Cristina está mirando para otro lado. Y no va a impulsar fuerte el debate a menos que les peguen una apretada. Y ni hablar de la (poca) oposición. Nadie quiere salir a poner la cara por un proyecto que colocaría al país en el selecto grupo de los poseedores de un ferrocarril de alta velocidad, mientras los trenes comunes están en un estado calamitoso. La habitual retórica política va a tener que hacer malabares lingüísticos para explicar como se compatibiliza, por ejemplo, un tren bala con la herencia de cientos de ramales levantados en la gestión de Menem que no fueron nunca puestos en circulación. Y máxime cuando, se sabe, muchos diputados pertenecen a esos pueblos que en los noventa, perdieron literalmente el tren. Fuente: MDZ on line.