Jueves 18 de Febrero de 2010, 10:59

El que nació pirata, muere pirata

| La cancillería británica rechazó la protesta del gobierno argentino por el inminente comienzo de perforaciones en busca de hidrocarburos en las islas Malvinas, y adujo, como desde hace siglos, que el gobierno de su majestad “no tiene dudas” sobre la soberanía inglesa en las islas, que derivaría de una ocupación militar en tiempos de Juan Manuel de Rosas.

Para nuestro gobierno la plataforma continental argentina está sometida a una "ocupación ilegítima británica", que es la “zona de exclusión” de 500 millas alrededor de las islas que decretó el gobierno inglés durante la guerra del Atlántico Sur y que se superpone en parte con el territorio continental argentino. "El gobierno de las islas Falkland (designación inglesa de las Malvinas) tiene el derecho de desarrollar una industria hidrocarburífera dentro de sus límites marítimos y apoyar esto ha sido la política del gobierno británico desde hace tiempo", le dijo un vocero de la cancillería británica a la BBC de Londres. El portavoz añadió: "no tenemos ninguna duda acerca de nuestra soberanía en las Islas Falkland y las áreas marítimas que las rodean". El martes la cancillería de Argentina mandó llamar a la embajadora británica en Buenos Aires, Shan Morgan, para expresar su "más enérgica protesta" por los planes de perforación en las islas. La cancillería británica en Londres confirmó que "la reunión sí tuvo lugar", aunque dijo no saber si el encuentro había sido a nivel de embajadores. Argentina y el Reino Unido fueron a la guerra en torno a la soberanía de las islas Malvinas en 1982. El gobierno argentino dijo el martes que "la pretensión del Reino Unido de autorizar la realización de operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos en el área de la plataforma continental argentina, sometida a la ocupación ilegítima británica (...) es una violación de nuestra soberanía". La cuestión de la soberanía de las islas situadas en el sur del Atlántico provocó en 1982 una guerra entre ambos países que culminó con la derrota de Argentina, la muerte de 270 militares británicos y de casi 650 argentinos. El vocero británico hizo referencia a la posición expresada por el primer ministro, Gordon Brown, en su discurso de año nuevo en las islas Malvinas: "El gobierno británico continuará apoyando el desarrollo de su sector de hidrocarburos". Se prevé que las empresas petroleras Falkland Oil & Gas y su socia BHP Billiton empiecen actividades de perforación en abril. En medio de crecientes tensiones por el inminente comienzo de actividades de explotación de hidrocarburos en las islas Malvinas, cuya soberanía es argentina pero está usurpada por el Reino Unido, el gobierno argentino anunció que buscará limitar el tránsito marítimo a ese archipiélago. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, anunció durante una sorpresiva conferencia de prensa que Buenos Aires exigirá que cualquier embarcación que quiera llegar a las islas usando puertos o atravesando jurisdicción argentina deberá solicitar autorización del país. Esa disposición fue implementada por un decreto firmado por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. De acuerdo con el decreto "todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al gobierno argentino". Este martes, durante un acto para inaugurar una obra pública, la mandataria argentina se refirió al diferendo con el Reino Unido por las polémicas islas. “Hay numerosas resoluciones de Naciones Unidas en las cuales se pide y se obliga a ambos países a reanudar las conversaciones para arribar a un acuerdo en materia de soberanía y resoluciones que dicen que ninguna de las partes pueden tomar acciones unilaterales”, señaló. Hace pocos días las autoridades argentinas prohibieron operar en los puertos argentinos a un buque de bandera del territorio británico de las islas de Man. Según afirmaron, el barco Thor Leader transportaba al archipiélago material de la empresa británica Desire Petroleum. Esa petrolera anunció que a mediados de febrero comenzará con los trabajos de exploración petrolera y gasífera en la cuenca norte de las Malvinas o Falklands. [b]Escalada de tensión[/b] Los planes de Desire Petroleum y de otras petroleras británicas que se aprestan a extraer hidrocarburos de las aguas aledañas a las islas, en el Atlántico Sur, recrudecieron las tensiones entre Argentina y el Reino Unido. Los países fueron a la guerra en 1982 por la soberanía del territorio, que se disputan hace más de 170 años. Hace diez días el gobierno de Fernández de Kirchner envió a la cancillería británica una nota expresando su "más enérgica protesta" por los planes de explotación. Fuentes de la cancillería argentina dijeron que el país podría presentar demandas judiciales contra el gobierno británico y "todos los actores privados involucrados" en la "potencial exploración y explotación de recursos argentinos". Como reaccionen los argentinos es algo que les compete a ellos. Estamos absolutamente claros de que se trata de un asunto legítimo en las aguas de las Islas Falklands El canciller Jorge Taiana, señaló que Buenos Aires incluirá las denuncias por la explotación petrolera en la presentación que realizará en junio ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. En tanto, el gobierno inglés ha defendido los trabajos de perforación en las islas. Un vocero de la cancillería británica dijo: "Como reaccionen los argentinos es algo que les compete a ellos. Estamos absolutamente claros de que se trata de un asunto legítimo en las aguas de las Islas Falklands". En un comunicado, la cancillería británica destacó que Argentina y el Reino Unido son "socios importantes". Algunos medios británicos especularon con la posibilidad de que la intensificación del diferendo entre el Reino Unido y Argentina pudiera devenir en un nuevo enfrentamiento militar, algo que fue categóricamente desmentido por el gobierno argentino. [b]En la prensa internacional[/b] Tuvo una gran repercusión el anuncio del gobierno de Cristina Kirchner de todos los barcos que vayan y vengan entre los puertos de la Argentina continental y las Malvinas, o atraviesen las aguas nacionales con destino a las islas, deberán tramitar una autorización previa ante el gobierno argentino. La mayoría de los medios reflejan que con la medida se produce una escalada de tensión entre ambos países, en disputa por la soberanía de Malvinas desde hace casi dos siglos. El País de España titula: "Cristina Fernández agita el fantasma de las Malvinas". En el texto señala que: "con su gobierno cada vez más debilitado por las acusaciones de corrupción y acuciado por la crisis económica y la inflación, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha decidido agitar el fantasma de las Malvinas, que desde hace años enfrenta a Argentina y Reino Unido. El británico The Guardian afirma que la decisión argentina hace "escalar la disputa con Gran Bretaña sobre la exploración petrolera en el Atlántico Sur". El también británico Times afirma: "Argentina bloquea las aguas de Malvinas (Falkland) en disputa por los derechos petroleros". Times agrega, más adelante, que "Argentina aún reclama su soberanía sobre las Islas que llama 'Las Malvinas', casi de tres décadas después del conflicto armado" que enfrentó a ambos países. El Daily Mail asegura que con la decisión, Argentina "escala" en el conflicto que mantiene con Gran Bretaña por la disputa de ese territorio [b]Es el pasado que vuelve[/b] El descubrimiento de las islas no ha sido establecido claramente. En 1600 una parte de sus costas fue avistado y señalado por navegantes holandeses (Sebald den Weert). Sin embargo, según la donación del Papa todas las islas ubicada en esa región pertenecían a España. Hasta aproximadamente mediados del siglo XVIII las Islas Malvinas sólo estaban incluidas en el enfrentamiento más global entre Inglaterra y España. La primera intentaba romper la exclusividad de navegación y comercio de la segunda sobre sus posesiones, mientras ésta luchaba para sostener sus derechos exclusivos. Pero fue Francia quien inició la carrera por la ocupación a mediados del XVIII. En 1774 Gran Bretaña abandona Puerto Egmont, aunque sostiene que nunca abandonó sus derechos sobre las islas. España queda, finalmente, en posesión absoluta del archipiélago y establece una estación naval. En 1790, se produce un suceso que tendrá importantes consecuencias para los derechos españoles. A cambio de la libre navegación y comercio en los mares del Sur y la exclusividad de asentamientos en las costas de Norteamérica, con la Convención de San Lorenzo Inglaterra reconoce los derechos de las posesiones españolas en las costas de Sudamérica e islas adyacentes, concepto en el cual se incluía a las Malvinas. De este modo, a lo largo de 47 años (1764-1811) España ocupó ininterrumpidamente las islas perfeccionando sus derechos. Sin embargo, por los movimientos independentistas en América se vio en la necesidad de abandonar dicha posesión, que esperaba fuera temporalmente. Así entran en juego los hipotéticos derechos sucesorios de las Provincias Unidas del Río de la Plata, quien invocando el principio de uti possidetis reclamó la soberanía sobre esos territorios. Las potencias del momento no estaban dispuestas a reconocer tal derecho, especialmente los Estados Unidos y Gran Bretaña. Para ambas, el abandono de las islas por España las convirtió en terra nullis. Cuando el gobierno de Buenos Aires intentó establecer una colonia y controlar las aguas circundantes, desafiando sus intereses, estas reaccionaron. Pareciera que especialmente Gran Bretaña no quiso permitir que un estado joven quico ocupara aquel territorio estratégico, que había disputado a España con ahínco. Por lo tanto, aplicando una política de fuerza, esta potencia ocupó un territorio considerado vital para su interés y al que se creía con derecho por su historia (olvidando los acuerdos firmados con España). A partir de ese momento, las Provincias Unidas deberían probar que al territorio lo habían heredado directamente de España. Por la larga ocupación española, el abandono de Puerto Egmont, y la firma de la Convención de San Lorenzo (Nookta Sound) era claro que los derechos ingleses habían sufrido un retroceso. Pese a la reiterada presencia argentina y al decreto del 10 de junio de 1879, cada día era mayor la presencia furtiva de barcos pesqueros y foqueros en las Islas Malvinas, en particular norteamericanos. Así las cosas y ante la evidente infracción y falta de acatamiento de las ordenanzas en tal sentido, el gobernador Luis Vernet procede a detener tres goletas norteamericanas embarcándose en una de ellas para conducirlas hasta Buenos Aires. La reacción norteamericana es violenta. La fragata Lexington, con asiento en Río de Janeiro, al mando del Capitán Silas Duncan, se presentó en Puerto de la Soledad el 28 de diciembre de 1831, con bandera francesa arrasó las instalaciones y capturó a los lugarientes de Vernet. Esta acción prepotente motiva protestas argentinas, que conducen a la rotura de relaciones con el país del norte que dura hasta 1844 a pesar la de misión amistosa del general Alvear en 1839. Cuando en 1841, mediante nueva protesta, el gobierno argentino requiere indemnización, el gobierno norteamericano alega que se trataba de una zona despoblada u ocupada por salvajes y que no puede dar satisfacción a la Argentina, pues no esta dilucidada su soberanía, al mantener una disputa con la Gran Bretaña. Esta posición ha sido mantenida desde entonces por los Estados Unidos, que tampoco ha considerado la Doctrina de Monroe al caso Malvinas, a pesar de que dicha doctrina se estableció en 1823, o sea, antes de la ocupación británica. Tampoco ha reaccionado Estados Unidos ante el hecho de que el archipiélago está dentro de la Zona de Seguridad Americana, establecida en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar) En 1806, Gran Bretaña captura al cabo de Buena Esperanza y en ese año y el siguiente se producen las invasiones inglesas a Buenos Aires. En 1815, cae Santa Elena, y en 1816, Tristan Da Cuhna. Solo faltaban las Malvinas para completar el esquema de puntos de apoyo que Gran Bretaña necesita para el dominio del Atlántico Sur. En 1829, Lord Aberdden, sostiene la necesidad de apropiarse del archipiélago y lo mismo habría aconsejado el representante británico en Buenos Aires, Woodbine Parish. Entre el 3 y el 5 de enero de 1836 se produce la captura de las Islas Malvinas, por intermedio del capitán Onslow, al mando de la Corveta Clio, sin que Pinedo, pese a protestar, resista. Los habitantes son tomados y desalojados y el 9 de enero de 1834, Henry Smith inicia la ocupación capturando a Antonio Rivero que en acción aún hoy se discute, ha tomado el control de las Islas el 26 de agosto de 1833. Ese personaje y sus compañeros son llevados a Gran Bretaña pero no son juzgados por haberse argumentado que los hechos "no ocurrieron en territorio del imperio". En 1842, luego de dar por cerrado este caso, ante las protestas argentinas, Gran Bretaña establece la administración civil a cargo de Richard C. Moody. Desde entonces el archipiélago argentino permanece cautivo, con la excepción del período desde el 2 de abril y el 14 de junio de 1982. Fuente: AIM.