Sábado 25 de Marzo de 2006, 16:19

EL REPUDIO AL GOLPE TERMINO EN ESCANDALO

| Una multitud calculada en más de 100.000 personas presenció absorta ayer en la Plaza de Mayo el escándalo con el que terminó el acto por el 30 aniversario del último golpe de Estado, que en vez de unir a todos detrás de una sola bandera, la de repudiar a la sangrienta dictadura militar, finalizó dividiendo a los organizadores.

Después de intentar abandonar el escenario mientras se leía el texto, visiblemente molestas con lo que escuchaban, la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, consideró que lo expresado en la declaración fue "una estafa" y que los que lo elaboraron "hicieron una utilización política del dolor, que es injusto y falto de ética". "Esto no es grato para nada, fue una irresponsabilidad", afirmó Carlotto sobre la confusa situación que se generó, que incluyó el corte del micrófono cuando tomó el micrófono para expresar su postura crítica al documento final. "Hay gente que es muy de ultra que viene a sacarse la bronca y a exacerbar los ánimos, que hizo un discurso muy agresivo", explicó Carlotto poco después. Minutos antes, Marta Vázquez, de las Madres Línea Fundadora, había aclarado lo mismo en el palco: que el documento no había sido firmado por ellas, y al escuchar algunos gritos de reprobación replicó, sin alterar el tono de su voz pero con firmeza, "la plaza no es nuestra ni de ustedes, es de los 30.000 desaparecidos". Según trascendió, en un momento las organizaciones de izquierda que habían hecho el documento les pidieron pedido a Madres y Abuelas que no hablaran sobre su oposición al contenido del texto, pero estas rechazaron la nota y las presiones. La declaración final no sólo repudiaba el golpe militar y la represión desde el Estado entre 1976 y 1983, sino que también criticaba con mucha dureza al actual gobierno de Néstor Kirchner (ver tema aparte), con quien desde hace rato estos dos organismos de defensa de los derechos humanos se encuentran alineados. De hecho, y en contraposición con el tono del discurso, Carlotto defendió la gestión de Kirchner al decir "nunca hemos tenido un Gobierno que haya hecho tanto por los derechos humanos". Cuando las Madres y las Abuelas quisieron retirarse del escenario, mucha gente desde abajo les pidió que no lo hicieran, motivo por el cual finalmente permanecieron en sus lugares. Al finalizar la lectura del documento, Carlotto resumió la cuestión diciendo: "Toda esta gente que ha venido aquí ha tenido que escuchar lo que nosotras no aprobamos". La titular de Abuelas manifestó además que originalmente, una integrante de ese organismo había participado de la comisión encargada de la redacción del texto, y admitió que "hasta último momento los que leyeron el discurso nos dijeron que firmáramos, pero no lo hicimos. Estoy enojada con la utilización que se hace con un acto de dolor. Pero igual estoy contenta por la gran cantidad de gente que nos acompañó". Y sin hacer nombres propios, agregó: "El documento lo escribieron los que lo leyeron". Por su parte, Nelina Boulliet, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos, negó también que su sector haya firmado el duro documento contra el Gobierno, al decir que "ya habíamos dicho que no íbamos a firmar ese documento, porque sólo queríamos que se leyera la carta de Rodolfo Walsh". Y además, aseguró que la agrupación Hermanos fue otra de las que no lo suscribieron, cosa que evidentemente tampoco hicieron la agrupación piquetera kirchnerista Barrios de Pie, que se retiró de la Plaza a poco de que comenzara el acto, ni la Juventud Peronista también presente.