Jueves 13 de Julio de 2006, 10:40

El Senado dio media sanción a la ley que habilita los superpode

| El proyecto que permite al jefe de Gabinete readecuar las partidas presupuestarias obtuvo el respaldo de 37 legisladores. La iniciativa fue girada a Diputados.

El Senado Nacional aprobó y giró en revisión a la Cámara de Diputados, el proyecto de reforma a la ley de Administrativa Financiera que permite al jefe de Gabinete readecuar las partidas presupuestarias, en una sesión que tuvo un acolorado debate político y que se votó sin la presencia del radicalismo. El proyecto enviado por el Ejecutivo hace menos de dos semanas contó con el respaldo de los 37 senadores del oficialismo, y seis opositores, entre los que no se encontraban los miembros de la bancada radical que se habían retirado del recinto 45 minutos antes de la votación, tras un fuerte entredicho entre la bonaerense Cristina Fernández de Kirchner y el mendocino Ernesto Sanz. De este modo, el Senado Nacional dio un paso significativo para convertir en permanente una facultad para cambiar el destino de los gastos que tuvieron la mayoría de los gobiernos desde la restauración democrática y que tienen casi todos las administraciones provinciales y comunales. La sesión tuvo un tramite agitado en el último tramo luego de un fuerte cruce protagonizado por el jefe del bloque radical, Ernesto Sanz, y la senadora Fernández de Kirchner. Ocurrió cuando el mendocino, sin mencionarla expresamente, vertió acusaciones contra la seandora bonaerense y agregó que con la reforma de la Ley de Administración Financiera es una "contrarreforma constitucional". En este marco, Fernández de Kirchner le respondió a Sanz señalando que el jefe del bloque radical utilizaba, como el jefe de la propaganda de Adolf Hitler, Joseph Goebbels, el recurso del "miente, miente, miente que algo queda"; y defendió la norma del oficialismo negando que se fuera a "vulnerar la división de poderes". Esa respuesta de la bonaerense motivó la retirada de la bancada radical. Sanz justificó la decisión diciendo que Fernández de Kirchner les había "colmado la paciencia con su diatriba y descalificación", y que "a esta Ley que va contra el Congreso la voten ellos", por el bloque oficialista. Cuando se retiraban los radicales, la senadora bonaerense dijo que ya era "costumbre" que la UCR "se retire" y que ya lo habían hecho "dos veces del gobierno nacional". La decisión del radicalismo dejó al oficialismo al borde del quórum, pero igual se mantuvo gracias a la presencia de seis legisladores de la oposición: el socialista Rubén Giustiniani, la neuquina Luz Sapag, el salteño Ricardo Gómez Diez, la catamarqueña Marita Colombo, el cordobés Carlos Rossi y el sanjuanino Roberto Basualdo. La reforma de la ley de Administración Financiera le permitirá al gobierno cambiar gastos por corriente por gastos de capital, como sucedió en el 2004 y el 2005, cuando ocupaba el ministerio de Economía, Roberto Lavagna, un crítico de esta iniciativa impulsada por el gobierno. La iniciativa, que debe ser analizado por los diputados en las próximas semanas, fue modificada a pedido de la senadora Fernández de Kirchner para que el gobierno no pueda afectar gastos reservados para inteligencia y seguridad a otros rubros, sin el consentimiento del parlamento. Según el nuevo texto, el jefe de Gabinete podrá "disponer las reestructuraciones presupuestarias que considere necesarias dentro del total aprobado por cada Ley de presupuesto", salvo en el caso de aquellas partidas de gastos reservados para inteligencia y seguridad, que deberán seguir pasando por la Comisión Bicameral de Seguimiento de Organismos de Seguridad e Inteligencia. Sin embargo, el Gobierno no podrá aumentar el gasto ni los recursos del presupuesto ni producir un mayor endeudamiento que el autorizado por el Parlamento, ya que en ese caso deberá recurrir a un decreto de Necesidad y Urgencia, que también tendrá que ser aprobado o rechazado por el Congreso. Además, el proyecto también exime al Gobierno de cumplir el artículo 15 de la ley de Responsabilidad Fiscal que establece que "podrán aprobar modificaciones presupuestarias que impliquen incrementos en los gastos corrientes en detrimento de los gastos de capital o de las aplicaciones financieras". La propuesta, propiciada desde el gobierno nacional, abrió una fuerte polémica entre el oficialismo y la oposición. Los senadores del radicalismo y del kirchnerismo ya habían protagonizado un duro debate en la sesión del miércoles anterior, en la cual brindó su informe el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien hizo una encendida defensa de la iniciativa que impulsa la reforma de la ley de Administración Financiera. El titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el oficialista chaqueño Jorge Capitanich, había abierto el debate alrededor de las 17 argumentando que el proyecto enviado por el Ejecutivo no reclama "facultades delegadas, ni suma del poder público, ni superpoderes", y acusó a la oposición por haber transformado "un problema administrativo en uno político". El radical jujeño Gerardo Morales resaltó que el gobierno de Néstor Kirchner "que se dice progresista y está llamado a la reconstrucción nacional, no puede repetir errores del pasado, no ya con una medida transitoria, sino permanente; porque acá estamos hablando de entregar, con todas las letras, superpoderes". El jefe de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto, aseguró que cualquier reasignación de partidas del presupuesto "estará sometida a controles" correspondientes como la Sindicatura General de la Nación, la Auditoría General de la Nación y el propio Congreso, para luego agregar que "no se trata de fondos negros". El socialista Rubén Giustiniani consideró que "esta Ley consolida una tendencia negativa", y vaticinó que "el presupuesto se transforma en una Ley virtual a partir de esta noche"; además de señalar que "el gobierno con esta decisión asumió pagar un costo político, porque esta modificación es infundamentable". Fuente: NA.