| El Vaticano confirmó ayer la convocatoria al cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, con el fin de resolver la crisis diplomática entre Argentina y la Santa Sede a raíz de la ausencia del embajador del país.
“Confirmo la convocación del cardenal Bergoglio a Roma”, declaró una fuente vaticana.
El purpurado argentino, entre los mayores exponentes de la iglesia latinoamericana, actual presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, tiene prevista su llegada a Italia para hoy.
Bergoglio, quien viajará acompañado con otros tres prelados, deberá encontrar, junto con la jerarquía de la Iglesia, una salida a la anómala situación creada porque el Vaticano no otorgó el plácet para el nombramiento de Alberto Iribarne como embajador argentino ante la Santa Sede, por su condición de divorciado.
El Gobierno de Cristina de Kirchner dejó la sede diplomática en manos del Encargado de Negocios, Hugo Gobi, a la espera de una notificación oficial, que hasta el momento no ha llegado.
Sin embargo, la visita prevista a inicios de junio de la Presidenta, con ocasión de la cumbre que organiza la FAO en Roma sobre la crisis alimentaria mundial, podría ser la ocasión para reactivar las relaciones a su más alto nivel.
Las relaciones con la cúpula de la Iglesia católica durante los cuatro años precedentes de mandato del ex presidente Néstor Kirchner, marido de la actual presidenta, fueron tensas.
En noviembre del año pasado, un encuentro de los Kirchner con el secretario de Estado del Vaticano en Argentina fue considerado un gesto de distensión.
El enfrentamiento entre el Gobierno y la Iglesia vivió su peor momento cuando Kirchner desplazó al obispo castrense Antonio Baseotto por sus declaraciones sobre el ministro de Salud, Ginés González García.
Baseotto dijo que había que tirarlo al agua con una piedra atada al cuello, como hizo la dictadura militar con los desaparecidos, por haberse pronunciado en favor del aborto, sobre todo en caso de violación.
Fuente: NA.
