Martes 29 de Mayo de 2007, 10:59

ENCUENTRAN EL PASAPORTE CON EL QUE EICHMANN ENTRÓ AL PAÍ

| El documento había sido entregado a la Justicia en 1960 por la esposa, días después de que fuera secuestrado en San Fernando por los servicios secretos de Israel. El miércoles lo recibió el Museo del Holocausto de manos de la jueza Servini de Cubría. El responsable de la deportación masiva de los judíos a los campos de concentración había entrado al país en 1950, con el nombre de Ricardo Klement.


La jueza María Servini de Cubría encontró el pasaporte con el que ex jerarca nazi Adolf Eichmann ingresó hace casi 50 años a la Argentina, luego de huir de la Europa de posguerra con una identidad falsa. El documento había sido entregado a la Justicia en 1960 por la esposa de Eichmann, Verónica Liebl, unos días después de que su marido fue secuestrado en San Fernando por los servicios secretos de Israel. Allí, dos años después, fue juzgado y ahorcado, informa el diario La Nación en su edición de hoy. La jueza que encontró el pasaporte, María Servini de Cubría, lo entregó el miércoles último al Museo del Holocausto - Shoa de Buenos Aires, donde se expondrá dentro de algunas semanas. Del acto participó el juez Daniel Rafecas, consejero académico de la institución. Dice en el documento que Eichmann, responsable de la deportación masiva de los judíos a los campos de concentración, entró en la Argentina el 14 de julio de 1950, con el nombre de Ricardo Klement. El pasaporte lo expidió la delegación Génova del Comité Internacional de la Cruz Roja. Eichmann había salido de la ciudad italiana el 17 de junio del mismo año, con un permiso de ingreso en el país expedido por el Consulado General de la República Argentina, en Génova. Como parte de su identidad falsa, en el documento se afirmaba que Klement había nacido en Bolzano, una región del norte de Italia, que no conocía a su padre y que llevaba el apellido de su madre. En el casillero correspondiente a profesión, decía que era "técnico". En el de nacionalidad figuraba "apolide", esto es, que no era reconocido por ningún Estado. Se detallaba, además, que Klement tenía el pelo castaño, los ojos celestes y la nariz regular. En el frente del pasaporte hay una foto de Eichmann y al lado, con tinta roja, una impresión de uno de sus pulgares. Ese disfraz le permitió al ex director de la Oficina de Asuntos Judíos del Tercer Reich pasar algunos años de tranquilidad en la Argentina. Primero, se instaló en Tucumán, donde trabajó para Capri, una empresa de ingeniería que empleó a varios nazis. En 1952 logró traer a su familia al país. Ocho años más tarde trabajaba para Mercedes-Benz y vivía en la calle Garibaldi, en San Fernando. Allí lo encontró el Mossad, que lo espiaba desde hacía varias semanas. El operativo fue repentino: lo secuestraron el 11 de mayo de 1960, a las 20, cuando se bajó de un colectivo, a su regreso del trabajo. Tras mantenerlo cautivo durante nueve días, lo llevaron a Ezeiza y lo subieron a un avión que trasladaba a una delegación oficial israelí de vuelta a su país. Viajó drogado y vestido como un integrante de la tripulación. La primera en denunciar el secuestro fue la mujer del ex jerarca nazi, que ante la Justicia debió reconocer que Klement era Eichmann. El hallazgo del pasaporte no fue menos novelesco: la jueza dio con el documento por la presentación de María Galván, una investigadora de la Universidad de San Martín, que pidió el desarchivo de la causa. Una vez recuperada de la sorpresa, la magistrada resolvió entregar el documento en custodia al Museo del Holocausto, que atesora fotos y objetos aportados por sobrevivientes de la matanza y organiza seminarios y charlas para luchar contra la discriminación. "Es un reconocimiento y un voto de confianza a nuestra tarea cotidiana y en la tarea permanente contra los negadores del Holocausto", dijo al diario Graciela Jinich, directora de la institución. Fuente: diario La Nación.