Jueves 13 de Diciembre de 2012, 14:14

Estas no serán fiestas

| Se multiplican los reclamos en la Mesopotamia para que las autoridades se sensibilicen -por las personas que se quedaron sin un medio de transporte económico- para que vuelva El Gran Capitán. Isabelina Ramírez de Centurión con tristeza afirma que de no ser restablecido el servicio “este año muchos de nosotros no tendremos fiestas, ya estábamos acostumbrados a la llegada de nuestros familiares, hijos, nietos y algunos amigos”.


No recuerda exactamente si son quince o veinte sus nietos, ya tiene tres bisnietos, desde hace mas de treinta años vive en Alvear -Corrientes- su esposo es jubilado ferroviario, se llama Isabelina Ramírez de Centurión y con tristeza afirma “de lo que estoy segura es de que este año muchos de nosotros no tendremos fiestas, ya estábamos acostumbrados a la llegada de nuestros familiares, hijos, nietos y algunos amigos. La misma estación tenía alegría, todos veníamos a recibir al tren de pasajeros ya sea de Buenos Aires o de Posadas hoy esto es un cementerio” afirma Isabelina que de eso sabe mucho pues trabajó en la boletería de TEA para El Gran Capitán desde el 2003. “Hasta que los de La Fraternidad se robaron el tren a fin del año pasado fui boletera aquí, todavía ahora me llega mucha gente para preguntar si tendremos tren para este fin de año. Era común que familias con cinco y hasta diez hijos viajen no solo en esta época sino también en julio. Ahora solo vendrán algunos de mis seis hijos, el pasaje en micro es demasiado caro para nosotros” se lamenta Isabelina. Es tanta la insensibilidad de algunas autoridades que han llagado a afirmar “Si no tienen dinero para viajar en micro que no viajen” podrían agregar “Si no tienen para estudiar que no estudien, si no tienen para comer que no coman” vivimos el mundo del revés, nos quitaron el tren de pasajeros que con fuegos artificiales inauguró Néstor Kischner, el de mas largo recorrido. En Corrientes durante su primer mandato lo recuperó el Gobernador Ricardo Colombi con un contrato por treinta años con la empresa Trenes Especiales Argentinos (TEA) irónicamente el mismo Gobernador revocó ese compromiso a los ocho años de un servicio y que es bueno decirlo durante ese tiempo no tuvo multas ni observaciones de las autoridades ferroviarias nacionales, ni ningún accidente luctuoso. El Gran Capitán con los colores celeste y blanco unió parajes, pueblos y ciudades, trajo y llevó familias enteras que optaron por él seguros de que a pesar de las horas de viaje llegarían vivos, lo que no puede asegurarse de hacerlo en nuestras rutas. Hoy el gran actor de los reclamos por la defensa de los derechos es el ciudadano, comprobable en las movilizaciones por tener un buen servicio ferroviario en la mesopotamia, por que las vías tan mal mantenidas sean reparadas y por que El Gran Capitan con sus banderas ondeando al viento traiga progreso y alegría nuevamente. Fuente: Abelardo Rojas Maffei.