Judiciales | La ex primera dama reveló nuevos detalles de su vínculo con el ex Presidente en una audiencia virtual con el Fiscal Ramiro González. También repartió acusaciones contra ex funcionarios del gobierno Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
La ex primera dama, Fabiola Yañez, describió su convivencia con el expresidente Alberto Fernández como un “infierno” en una reciente declaración ante el fiscal Ramiro González, realizada desde el consulado argentino en Madrid.
La semana pasada, Yañez denunció a Fernández por violencia de género, ampliando sus acusaciones contra exfuncionarios cercanos al entonces jefe de Estado.
Diversos medios que accedieron a su testimonio realizado vía Zoom, reportaron que Yañez no solo denunció violencia física y psicológica, sino también un entorno opresivo que, como resultado de las agresiones, la llevó al consumo problemático de alcohol y marihuana.
Yañez afirmó que la violencia de Fernández, que comenzó en 2016, “fue constante y habitual”. Incluso, reveló que ese mismo año fue presionada a interrumpir un embarazo, una decisión que describió como “la peor” de su vida.
Según Yañez, el exmandatario le dijo: “Hay que resolverlo, tenés que abortar”. La ex primera dama también relató presuntas agresiones físicas durante ese periodo, incluyendo golpes que la dejaron en el suelo. La pérdida del embarazo, según su relato, la condujo al alcohol y al consumo de marihuana.
Asimismo, Yañez señaló que Fernández "no se haga el abstemio", acusándolo de consumir alcohol y marihuana con frecuencia. Yañez relató que después de la fiesta en Olivos y la derrota del peronismo en las elecciones legislativas de 2021, la violencia se intensificó, convirtiendo su vida en un "infierno".
Consultada sobre si pidió ayuda, mencionó que se comunicó con María Cantero, Secretaria de Fernández, y que contactó a la clínica del doctor Facundo Manes para verificar su estado de salud.
En respuesta a una consulta de El Cohete a la Luna, Manes confirmó que Yañez asistió a su instituto de Neurología Cognitiva (INECO), aunque aclaró que nunca la vio y no sabe qué médicos la atendieron. En esta causa que sigue sumando nuevas denuncias, Yañez también cuestionó el rol de varios exfuncionarios de Fernández.
Entre ellos, el exsecretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, a quien acusó de violencia institucional, alegando que, cuando sufría violencia mediática, su equipo de prensa le recomendó guardar silencio para no dar "entidad" a las críticas.
Otro de los exfuncionarios señalados por Yañez fue Federico Saavedra, exencargado de la unidad médica presidencial. Yañez afirmó que Saavedra la atendió cuando, supuestamente, fue golpeada por Fernández, resultando en un hematoma en el ojo.
Además, aseguró que durante ese periodo se le impedía salir de la residencia de Olivos para ocultar el golpe.
La ex primera dama también arremetió contra el Ministerio de la Mujer y su entonces Ministro, Ayelén Mazzina, afirmando que le mostró a Mazzina pruebas fotográficas y videos comprometedores del expresidente con una amante en Casa Rosada, pero, según Yañez, la Ministro no tomó acción alguna.
En cuanto a las acusaciones de infidelidad, Yañez mencionó a Cecilia del Milagro Hermoso González, funcionaria designada por Fernández como Directora General de Comunicación Digital en 2020, en referencia a los mensajes de "varias mujeres" que alegaban haber tenido contacto íntimo con el exmandatario.
Finalmente, Yañez amplió su declaración este martes, afirmando que fue víctima de "lesiones graves doblemente calificadas por el vínculo y perpetradas en un contexto de violencia de género con abuso de poder y autoridad".
También solicitó que Fernández sea acusado de amenazas coactivas, describiendo un patrón de violencia física y psicológica que afectó profundamente su vida diaria, llevándola a necesitar tratamientos psicológicos y psiquiátricos.
En su declaración, Yañez aseguró que las agresiones comenzaron en 2016, mucho antes de la campaña presidencial de 2019 que llevó a Fernández a la Casa Rosada, e incluyeron episodios de "violencia reproductiva", en los que se sintió coaccionada en sus decisiones sobre su capacidad reproductiva.
