Policiales | Un repartidor evitó un millonario robo en el Banco Macro de San Isidro al descubrir un túnel de 220 metros cavado por delincuentes para acceder a la zona de cajas de seguridad. La Policía detalla la compleja ingeniería detrás del plan fallido.
Este miércoles por la mañana, un repartidor que llegaba para entregar mercadería en un café del casco histórico de San Isidro se convirtió en héroe involuntario al frustrar un intento de robo millonario. Al descender de su camioneta, el hombre escuchó un ruido inusual proveniente del suelo, que lo llevó a investigar más de cerca.
Tras mover su vehículo, descubrió una varilla de hierro que se movía entre los adoquines de la calle, lo que lo llevó a sospechar y a alertar a las autoridades.
Su curiosidad permitió desmantelar un plan criminal de grandes proporciones: un túnel de 220 metros de largo y casi 3,60 metros de profundidad había sido excavado por delincuentes con el fin de ingresar a la sucursal San Isidro del Banco Macro, situada a solo 150 metros del edificio de los Tribunales.
Las investigaciones posteriores, llevadas a cabo por la Policía, Bomberos y rescatistas, revelaron que el túnel había sido iniciado desde un galpón en la calle Chacabuco al 500.
Este depósito, que anteriormente albergaba un taller de chapa y pintura, era utilizado por los delincuentes para almacenar bolsas de tierra extraída durante la excavación.
"Por lo menos, los delincuentes estuvieron un año cavando el túnel", comentó una fuente cercana a la investigación, quien describió el túnel como una "obra de ingeniería" que incluía alfombra e iluminación extraordinaria, evidencia de la meticulosa planificación detrás del intento de robo.
La Policía también encontró colchones en el lugar, lo que sugiere que la banda operaba principalmente durante la noche.
El Intendente de San Isidro, Ramón Lanús, celebró la noticia del descubrimiento en sus redes sociales, agradeciendo el trabajo conjunto de la Policía bonaerense, la Fiscalía General de San Isidro y la Municipalidad por evitar el robo.
El caso ahora está bajo la dirección de la Fiscal Carolina Asprella y el Fiscal General adjunto Patricio Ferrari, coordinados por el Fiscal General de San Isidro, John Broyad.
Los investigadores han comenzado a examinar las cámaras de seguridad en los alrededores para identificar a los responsables, además de buscar testimonios de vecinos y analizar el origen del alquiler del depósito.
Este audaz intento de robo, comparado en complejidad y ambición al famoso "Robo del Siglo" de 2006, fue desbaratado antes de ejecutarse gracias a un acto fortuito de curiosidad y observación.
La investigación continúa, con el objetivo de identificar y detener a todos los involucrados en este plan frustrado.
