Miércoles 11 de Julio de 2007, 11:48

GODOY LAMENTÓ LOS CASOS MICELI-PICOLOTTI

| El Diputado Nacional Juan Carlos Lucio Godoy (Concertación Entrerriana) dijo que siente "vergüenza ajena" al referirse acerca de las últimas denuncias conocidas contra la ministra de Economía Felisa Miceli y la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti.

“Debí viajar al exterior y a pesar de las tan malas y desagradables noticias de la Argentina, preferí no opinar desde otro país, sino a mi vuelta. Respecto a la ministra Felisa Miceli, tengo que decir que la vergüenza ajena existe y que esto no sólo es un popular dicho sino que además todos la sentimos. Esto fue lo que produjeron en mí las declaraciones de la Ministra de Economía de la Argentina tratando de explicar cómo había aparecido tanto dinero en un armario de su oficina. Ella dice que fue un olvido pero que hay buena fe de su parte por donde quiera mirársele y que en todo caso lo reprochable es que no se ocupa demasiado bien de sus cosas. Entonces a uno no le queda más que preguntarse si de las cosas públicas se ocupará mejor. Es lógico hacer la pregunta porque es raro ser cuidadoso selectivamente y más aún cuando estos ‘descuidos’ pueden conllevar la sospecha de corrupción. Creo que de este golpe todavía no han tomado conciencia plena en el Gobierno, desde el Presidente hacia abajo, claro. Y esto es por la preocupación respecto de otra mujer, la futura candidata, preparando su lanzamiento como una iniciativa para tapar las derrotas sucesivas. También lo sucedido con Romina Picolotti merece alguna reflexión. Vale recordar que Picolotti es asesora del Gobierno entrerriano, gobierno que tanto sabe cobijar a Daniel Rossi -el corrupto ex Intendente de Santa Elena-, a un Tribunal Superior mayoritariamente adicto, y que tiene más procesados que cualquier otro en la historia de la Provincia. Esta asesora fue extremadamente mimada pero, en mi modesto entender desde siempre, empezamos mal con Picolotti, tanto por sus promesas, que eran evidentes provocaciones a la verdad preexistente, como por su inexperiencia en el terreno de peleas internacionales y en este caso respecto de un tema tan importante como el de las pasteras. Pero la niña se ganó la confianza de todos, sin exclusiones. Aunque no la mía, que me encargué de decir por todos los medios a mi alcance, antes de su retirada, que no tenía idoneidad para esta lucha aunque pudiera teorizar sobre Medio Ambiente. Todo ello está documentado. La realidad es que Picolotti fracasó en todo, no hizo una buena y ahora, el diario Clarín -que no es enemigo del Gobierno- hace una investigación que demuestra que estamos ante uno de los casos de corrupción más importante de los que hay comprobación fehaciente en el ámbito nacional, del tenor de Skanska, y que alguien deberá contestar. De lo contrario será peor que lo de Miceli, y no es poco decir. Marido, hermano, parientes, ONG propia, todos están involucrados en sospechosos contratos para un aparente disfrute de esos allegados, más el placer de detentar dineros públicos para el beneficio personal, los viajes y las fiestas. Otra clara demostración de falta de moral pública aparte de su inconsistencia técnica, como le demostró al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr Lorenzetti, con respecto a la problemática del Riachuelo en la audiencia pública que se diera días pasados, en donde también la vergüenza por otros rondó la sala. Sin embargo hay gente, inteligente en mi concepto, que niega estas realidades y como si nada, vota al oficialismo, incluso con la evidente corrupción, pero vota así. Al menos en Entre Ríos esto sucedió. Claro, por suerte en Capital y Tierra del Fuego no; y en Catamarca y Río Negro, si no fuera por los Radicales K, las derrotas estaban cantadas; y en Neuquen -a pesar del asesinato de Carlos Fuentealba y del repudio que ello provocó- les ganó el MPN a todo el Gobierno Nacional. Pero de cualquier manera hay una sensación de hacer caso omiso a estas cosas. Son las mismas que se achacaban a Menem pero lo votaban. Sin duda es una cuestión de la conciencia colectiva argentina que hay que seguir investigando y para ello la filosofía y la sociología nos brindan herramientas. Lo cierto es que yo quiero afirmar aquí para que no queden dudas que estos casos enunciados serán emblemáticos, traerán malas consecuencias al Gobierno y el pueblo un día tendrá que convencerse que cuando hay investigaciones, sospechas, malos comportamientos como gobernantes y lo que es peor, corrupción en esos niveles, lo menos que debería solicitarse o esperarse es la renuncia de esos funcionarios, como pasa en cualquier parte del mundo que se precie de ser un país en serio, como dice la propaganda oficial, y no seguir soportando la vergüenza ajena”.