Intelectuales y actores de Uruguay y Argentina llamaron a la unidad

"Pocos se animan a decirlo: la posibilidad de que este conflicto termine con una tragedia este verano ya es real." Con este llamado de alarma, Juan Carr, presidente de la Red Solidaria, encabezó ayer un acto en la Plaza de Mayo para reclamar a los gobiernos argentino y uruguayo que retomen el diálogo y pongan fin al conflicto por las papeleras. Paralelamente, estaba previsto armar otro acto idéntico frente al monumento a Artigas, en Montevideo. La consigna era la misma: "Diálogo y encuentro entre dos pueblos hermanos". Pero a último momento, el acto de Uruguay se suspendió y los organizadores optaron por recurrir a la radio para difundir su proclama. Leyeron una carta que insta al diálogo para "buscar y encontrar las soluciones necesarias para cualquier diferencia". La misma carta que cerró el acto en Buenos Aires. Anoche, el plan era entregar una copia en la Casa Rosada y otra en el Edificio Libertad, sede del gobierno uruguayo. En la Plaza de Mayo, los manifestantes eran unos treinta, casi todos actores. Junto a la Pirámide, Gastón Pauls, Julieta Díaz, Arturo Bonín, Alicia Zanca, Juan Manuel Tenuta, Juan Palomino y Mirtha Busnelli posaban para las cámaras y parecían el elenco de una nueva serie. Aunque charlaban y sonreían, no estaban nada contentos. "Queremos un diálogo franco y abierto entre los dos pueblos. ¡Es tan increíble y tan triste que hayamos llegado a esta situación!", se lamentaba Juan Manuel Tenuta, que nació en Fray Bentos, la ciudad en donde se construye la planta de Botnia. "Los cortes de rutas son algo terrible. Yo no me imagino que Holanda le corte un puente a Alemania y que toda la Unión Europea lo tolere. Tenemos que conectarnos más. Los que estamos acá tenemos que saber qué piensan allá y a la inversa." Un poco argentino y un poco uruguayo, Tenuta vive en Buenos Aires desde hace 40 años. Santiago Varela, que fue durante años guionista de Tato Bores, coincidió en que se llegó demasiado lejos: "No hay necesidad de que dos pueblos estén enfrentados por una empresa". Varela acaba de escribir el libro La guerrita, sátira que imagina una guerra entre Uruguay y la Argentina que tiene su origen en la pelea por las papeleras. "La realidad supera a la ficción. Ya se está hablando de cosas que yo ni siquiera imaginé en mi libro. Como una anciana bomba que se iba a inmolar", dice Varela en tono tragicómico. La mayoría de los actores fue terminante en su rechazo a las plantas de celulosa. "Que nuestros dirigentes se pongan los pantalones y nos defiendan. El negocio de las papeleras es muy peligroso", dijo Arturo Bonín. "Este negocio empezó hace 30 años. Yo recuerdo las publicidades que decían: «Compre árboles en el Uruguay», un emprendimiento financiado por el Banco Mundial. Todo estaba preparado. Ahora esos árboles son los que alimentan las pasteras", sostuvo Bonín. En el mismo sentido, Gastón Pauls dijo: "Argentinos y uruguayos somos amigos y tenemos que aprender a amigarnos con la tierra, como dicen los mapuches. Tenemos que pensar en qué mundo queremos vivir y qué aire queremos respirar. Eso no tiene países ni fronteras: estamos hablando de la sanidad del mundo". Cuando los actores protestaban contra las fábricas, Juan Carr recondujo la conversación y les pidió que juntos pensaran cómo hacer para que los dos gobiernos volvieran a negociar. "La primera necesidad que tenemos es cómo hacer para que quienes hoy gritan a cada lado se sienten a discutir. Nuestros actos parecen angelicales entre tantos exaltados, cuando un gobierno saca a la calle al ejército, pero tenemos que seguir", dijo Carr. Anoche, el ex ministro de Cultura porteño Gustavo López le iba a entregar al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, la carta que se leyó en las dos ciudades, que fue firmada por más de 500 personalidades públicas. En Montevideo, el ex director de Cultura de la ciudad Gonzalo Carámbula acordaba una cita para entregarle el mismo documento al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez. Además, la Red Solidaria Latinoamericana planea pedir, la semana próxima, una entrevista con cada uno de los presidentes y una con el enviado del rey de España que oficia de mediador, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo. Fuente: La Nación.