Kirchner recibió a Piña e hizo un acercamiento hacia la

El presidente Kirchner le dijo ayer al obispo emérito de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, que está "dispuesto al diálogo" con el cardenal Jorge Bergoglio. Las diferencias con el cardenal pueden tratarse a través del diálogo, le aseguró. "Kirchner no tiene nada contra Bergoglio", aseguró el obispo. El de ayer fue un gesto fuerte de Kirchner para distender la relación con la Iglesia, al punto que el Presidente le aclaró a Piña que estaba de acuerdo con algunas cosas del último documento de la Iglesia y que por esa razón no hizo ningún comentario público. El último sábado el Episcopado difundió un documento en el que, entre otras cosas, pidió que no haya demagogia en la campaña electoral, "transparencia" y respeto a la división de los poderes. Por los dichos de Kirchner a Piña se desprende que no ha caído mal en el Gobierno la publicación de la Iglesia, circunstancia que fue percibida como un primer paso para abrir un canal de diálogo entre Kirchner y Bergoglio. Quizás no haya sido un objetivo explícito de Piña oficiar de mediador entre el Presidente y el cardenal, pero lo cierto fue que el obispo emérito de Puerto Iguazú estuvo con Bergoglio antes de entrevistarse con Kirchner. Conviene recordar que el cardenal y el obispo emérito son jesuitas y se conocen desde hace muchos años. Y al parecer, Kirchner sabía que no sólo estaba hablando con el artífice de su derrota electoral en Misiones el 29 de octubre último, sino que además se trata de un interlocutor que podía ayudar a abrir el camino para sentarse a una mesa con Bergoglio. Tampoco parece casualidad que Piña haya destacado de su charla de ayer que el Presidente: "Dijo que es católico, cristiano y no quiere peleas con la Iglesia". Kirchner estuvo con Piña una hora y el encuentro fue caracterizado por ambas partes como "muy cordial, muy amable y muy tranquilo". El obispo emérito de Puerto Iguazú reveló también que había conversado con Kirchner sobre la situación en la provincia de Misiones. Piña le explicó a Kirchner cómo se había armado el Frente Unico por la Dignidad (FUD) y le aclaró que nunca tuvo ningún problema con el Gobierno nacional. Que en realidad había sido el Presidente el que se enfrentó con el FUD y con él. Y que su objetivo al presentarse como candidato a convencional constituyente había sido impedir la reelección indefinida de Carlos Rovira. Sobre la campaña electoral en Misiones, Piña le pidió a Kirchner que "sea lo más prescindente posible, que no se meta". Piña remarcó también que con el Presidente acordaron "trabajar para ayudar a Misiones". Una muestra de la importancia que el Gobierno le otorgó a Piña fueron las dos reuniones que mantuvo ayer en la Casa Rosada. Primero se encontró con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, con quien además de evocar a obispos que cumplieron su misión en la Patagonia, como Miguel Hesayne, conversaron sobre asuntos que desvelan al ex obispo de Puerto Iguazú. Piña reclamó una "solución justa" para los 1.200 habitantes relocalizados en Posadas por la elevación de la cota de la represa de Yacyretá. Se trata de pescadores a quienes quieren reubicar lejos de la costa. Con 300 de ellos Piña vino desde Posadas el último viernes en un viaje en tren "El Gran Capitán", en 28 horas. A propósito del tren, Piña solicitó que se mejore el servicio. Parrilli le aclaró que hay problemas legales que impiden apurar un arreglo, pero que de todos modos le iba a enviar un informe. Después Piña pasó al despacho presidencial. Allí, como quedó dicho, se conversó de política: de la relación Gobierno-Iglesia y la situación institucional de Misiones. No es poco para un Presidente visto por varios sectores como poco propenso al diálogo. En este caso fue Kirchner el que pidió conversar con Piña. Fuente: Atilio Bleta de la redacción del diario Clarín.