| En un giro de la posición que venía sosteniendo, el Gobierno argentino se mostró dispuesto a aceptar un monitoreo de su economía del Fondo Monetario Internacional, según surge de un documento suscripto por la presidenta Cristina Kirchner en el marco de la cumbre del G-20 realizada en Londres.
La jefa de Estado se comprometió a apoyar una supervisión “hoy y en el futuro” de la economía local por parte del organismo multilateral.
“Apoyaremos, ahora y en el futuro, la supervisión sincera, equilibrada e independiente por parte del FMI de nuestras economías y nuestros sistemas financieros, de las repercusiones de nuestras políticas para los demás y de los riesgos a los que se enfrenta la economía global”, sostiene el punto 12 del documento firmado por Cristina y 19 mandatarios de países desarrollados y emergentes.
La decisión del Gobierno argentino fue interpretada en círculos financieros como un reconocimiento de la Argentina de que el país necesitará más financiamiento en medio de la crisis financiera mundial.
La Argentina no logra financiación en los mercados voluntarios debido a la crisis y, advierten algunos especialistas, por la falta de confianza que generan algunas medidas del Gobierno.
Desde fines de febrero último, el FMI y el Gobierno comenzaron a enviarse señales, como cuando David Hawley, uno de los voceros del Fondo, señaló: “Estamos interesados en profundizar nuestra relación con la Argentina”.
Además, aseguró que “las próximas consultas del artículo IV se llevarán de forma normal en los próximos meses”.
El acuerdo alcanzado en el marco de la cumbre del G-20 dejará unos 3.000 millones de dólares en las reservas del Banco Central, que provendrán del aumento de los Derechos Especiales de Giro (DEG) en el FMI, que son asignados a los países miembro en proporción a sus cuotas.
A principios de diciembre de 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner pagó al contado unos 10.000 millones de dólares con reservas del BCRA para saldar la deuda con el organismo multilateral.
Ahora, el mercado se pregunta si tras más de cuatro años de “guerra fría” con el Fondo, no habrá llegado la hora de que la Argen/EDCFtina vuelva al organismo.
