Domingo 19 de Junio de 2016, 18:37

"La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común"

Política | El legado papal, cardenal Giovanni Battista Re, presidió hoy la misa de clausura del XI Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán.


El legado papal, cardenal Giovanni Battista Re, presidió hoy la misa de clausura del XI Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán, ante unas 300.000 personas. El prelado púrpurado recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y aseguró que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”. “Hay una gran necesidad de reedificar la familia y la sociedad sobre la roca de la fe en Dios y de su amor misericordioso, que este Año Jubilar de la Misericordia nos hace experimentar”, agregó ante la multitud reunida en el Hipódromo provincial. Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó la vicepresidenta Gabriela Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional. El locutor animó a los presentes a hacer el gesto de abrazarse y el Presidente Mauricio Macri respondió haciéndolo con el Gobernador de Tucumán, Juan Manzur. La celebración eucarística comenzó con la interpretación de la Misa Criolla, la obra de Ariel Ramírez, y una de las lecturas estuvo a cargo de la vicepresidenta Michetti. Ante la multitud de fieles,el purpurado italiano saludó a las autoridades “en nombre del papa Francisco” y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”. “El encuentro con Cristo en la Eucaristía no se agota en nuestra intimidad, sino que nos impulsa a dar testimonio y a la solidaridad con los demás”, afirmó, y agregó: “En torno al misterio eucarístico siempre se ha desarrollado el servicio de la caridad hacia el prójimo. De la Eucaristía ha brotado a través de los siglos un inmenso río de caridad y de obras sociales”. "También para las sociedad actual, marcada por tanto egoísmo, por la especulación desenfrenada, por tensiones y contrastes, por tanta violencia, la Eucaristía es una llamada a la apertura hacia los demás, a saber amar, a saber perdonar; es una invitación a la reconciliación, a la solidaridad y al compromiso con los pobres, con los ancianos, con los sufrientes, con los pequeños y los marginados”, sostuvo. El Cardenal Re señaló que “reconocer a Cristo en la hostia santa, en efecto, lleva a saber reconocerlo también en los hermanos y abre nuestro corazón para salir al encuentro de toda pobreza”. “La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre, que lleve a poner fin a la corrupción y a una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad”, añadió. El legado papal pidió que a Dios que “bendiga a las familias, escuelas donde se aprende la fe y ese patrimonio de valores que cada uno lleva consigo para siempre” y a la Argentina “formada por gente de diversa proveniencia, que la fe cristiana y sus valores han amalgamado en una gran nación, unida y rica en recursos y en ideales, que, en la fidelidad a sus tradiciones y a su identidad, mira al futuro con esperanza”. “Nos asista y nos acompañe con su materna protección la beata Virgen María. A la Virgen de Luján, patrona de Argentina, confiamos los frutos de este Congreso Eucarístico Nacional, Ella nos consagramos, implorando su ayuda, para ser verdaderos cristianos, testigos del amor misericordioso de Dios, manifestado al mundo en el misterio de la Eucaristía”, concluyó.