Lunes 17 de Diciembre de 2007, 10:47

La familia de Febres apuntó contra un amigo del represor

| Los familiares de Héctor Febres permanecerán detenidos, acusados de homicidio del ex prefecto, pese a haber negado que cenaron con él en las horas previas a su muerte y apuntado contra un amigo del represor ante la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.

Así lo informó el abogado defensor de la esposa y los dos hijos de Febres, Martín Orozco, quien además precisó que “por la gravedad de la acusación y para no entorpecer la causa” no pedirá la excarcelación de la familia, que se encuentra detenida en la unidad 28 de Tribunales por su presunta responsabilidad en el envenenamiento con cianuro. Tras largas horas de indagatoria, la magistrada cuenta ahora con un plazo de diez días para resolver la situación procesal de la viuda del ex prefecto Stella Maris Guevara, y sus hijos, Ariel y Sonia. Durante el interrogatorio, los familares de Febres buscaron alejarse de las sospechas que los vinculan con el envenenamiento, al alegar que no compartieron con él la cena en las horas previas a su muerte, sino que lo vieron por última vez en la tarde del domingo 9 de este mes. “La familia se reunió con Febres el domingo al mediodía y hasta las tres o cuatro de la tarde. Después a la noche, cerca de las once, hubo una comunicación telefónica durante la cual demostró que estaba bien”, precisó el abogado defensor en la puerta de los tribunales. En este sentido, Orozco reveló que “fue un amigo que estaba habitualmente con él”, la persona que compartió con Febres su última comida, aunque evitó dar precisiones sobre a identidad de este hombre en el marco del secreto de sumario. “La muerte se la produjeron o se la produjo él, pero mis clientes no tienen nada que ver con el hecho”, reiteró el letrado. Febres fue encontrado muerto en su celda el lunes último, cuatro días antes de que se diera a conocer el veredicto en su contra en la causa en la que se lo investigaba por secuestros y torturas cometidas en la ESMA. El ex prefecto tenia 66 años y era diabético pero no padecía ninguna enfermedad que hiciera suponer que su vida corría peligro, por lo que los abogados querellantes de la causa ESMA desde un principio sospecharon que la muerte del imputado haya sido ocasionada por motivos “naturales”. Además de la esposa y los dos hijos del represor también fueron arrestados dos miembros de la Prefectura Naval Argentina -entre ellos el prefecto mayor Rubén Iglesias-, que tenían a su cargo la custodia del marino en la Unidad en la que se encontraba cumpliendo prisión preventiva.