Lunes 11 de Febrero de 2013, 11:07

La Iglesia advierte sobre la destrucción del trabajo digno

| El Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, advirtió sobre "la destrucción del trabajo digno y la falta de futuro" que se observa en una "sociedad contemporánea", donde "la miseria material y moral son moneda corriente".

Bergoglio alertó sobre el hecho de que la sociedad -según indicó- se está acostumbrando a convivir "con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos". "Los egoísmos más personales justificados, la falta de valores éticos dentro de una sociedad que hace metástasis en las familias, en la convivencia de los barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable de realidades destructoras", señaló Bergoglio. En su carta para la Cuaresma, tiempo litúrgico de 40 días anterior a la Pascua que los cristianos comenzarán a transitar el miércoles con la ceremonia de imposición de las cenizas, el cardenal dijo: "Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos". "Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos y convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos", aseguró. Además, el Arzobispo de Buenos Aires advirtió que "la destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía". "Nuestros errores y pecados como Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama", agregó. También expresó: "El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas, incluso de niños, junto con la miseria material y moral son moneda corriente". "Nuevamente somos invitados a emprender un camino pascual hacia la vida, camino que incluye la cruz y la renuncia; que será incómodo pero no estéril", añadió.